La segoviana Elvira Sastre (1992) regresa este miércoles a las librerías para decir ‘Adiós al frío’, un nuevo poemario que reúne «un buen puñado» de versos de los últimos cuatro años en los que la autora ha experimentado un proceso de «reconocimiento y recuperación».
En casi cien páginas publicadas bajo el sello de la editorial Visor, este nuevo libro apadrinado por Benjamín Prado recaba toda una etapa en la vida de Sastre, quien, en un principio, apostó por bautizar al proyecto ‘La razón de los lamentos’.
«Resulta que tenía mucha más luz de la que pensaba… Los títulos me cuestan a no ser que lo tenga claro desde el principio y, en este caso, al tratarse de un libro con poemas escritos a lo largo de cuatro años no había un concepto que pudiese resolverlo todo», ha reconocido la poeta en una entrevista concedida a Europa Press.
Precisamente, fue durante una conversación con Benjamín Prado -que considera este último lanzamiento «un paso adelante» en la obra de Sastre- cuando surgió el giro que daría finalmente título a la nueva criatura. Según ha explicado la propia autora, ‘Adiós al frío’ «responde esa necesidad de decir a aquello que nos congela o nos deja bloqueados, que no nos permite movernos ni avanzar».
«En estos cuatro años he vivido un proceso de recuperación y reconocimiento de mí misma. Ahora estoy en otro momento y estos poemas resumen una etapa», ha confesado Elvira Sastre. Además, ha apuntado que esta publicación supone también un «contraste» con el «drama total» de ‘La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida’: «Son dos libros que pueden leerse como primera y segunda parte».
Entre ambos, comenta, «han pasado muchas cosas» y necesitaba llamar a las cosas por su nombre: «En los poemas de amor y desamor hay un tono de rencor o rabia en el que nunca me había atrevido a escribir». Un tono que queda patente, sobre todo, en los versos que conforman la primera parte del libro, en la que, entre ‘Recuerdos y olvidos’, ‘La melancolía’ o ‘El grito que será suspiro’, Sastre recuerda que ‘La tristeza es un pájaro que nadie cuida’ pero también que el camino, aunque a veces se mire hacia atrás, se hace siempre hacia adelante.
En ese recorrido, ‘Adiós al frío’ hace su segunda parada ante la muerte y las ausencias, mientras que la tercera, de carácter más variopinto, supone un «desahogo a nivel social y político».
Y es que, consciente de que tiene en su poder «un altavoz que puede sonar más alto» aboga por usarlo para denunciar «causas que a nadie que tenga dos dedos de frente le van a parecer mal». La experiencia es un grado y Sastre, con el tiempo, ha aprendido a buscar el equilibrio entre aquello de lo que se hace eco y lo que se guarda para sí.
«El mundo cambia con nuestro ejemplo y no con nuestra opinión», recuerda Sastre, un máxima desde la que maneja sus redes sociales, a sabiendas del poder de su mensaje, pero también de su responsabilidad.
En este sentido, considera que la poesía «suele ayudar a mejorar» ya que el sistema educativo carece de esa ayuda para la gestión de las emociones. «La educación sentimental debería ser una asignatura obligatoria y la poesía es una herramienta perfecta para entender lo que nos pasa», ha señalado.
Además, al hilo de esta afirmación, ha abogado por «redefinir» el concepto de lectura obligatoria porque «hay cientos de miles de libros y leer no está relacionado con nada obligatorio». Su experiencia, ha apuntado, es que todo parte de iniciativas de profesores que «pelean» para acercar autores contemporáneos a sus alumnos. De ahí, ha agregado, «se puede allanar el camino para los clásicos, porque no se puede empezar a leer poesía por Garcilaso».
En ese proceso, considera que las redes sociales, frente a quienes las demonizan y más allá de la cultura de la imagen, son un mar de estilos que acerca a las orillas de muchos jóvenes un sinfín de estilos literarios en cualquiera de sus formas.