La pareja por excelencia de ‘La isla de las tentaciones 2’ no llegó a la hoguera final. Tom Brusse y Melyssa terminaron con su aventura por República Dominicana varios días antes de la última noche, debido a la petición de una hoguera de confrontación por parte de la chica con el fin de no sufrir más por el chico con el que llevaba ocho meses saliendo.
Después de una larga discusión y tras escuchar las palabras de Melyssa, Tom Brusse no mostró ningún gesto de arrepentimiento, ni sentimientos hacia la que había sido su chica, pero la decisión final en el concurso tenía a todos con la boca abierta frente al televisor. Finalmente, se fue solo para «pensar». Ni con Sandra, ni con ninguna de las pretendientas. Así, la conclusión sobre el paso de Tom por el programa son dos: el público no le quiere y ha destrozado a dos chicas.
3Sandra: «Me siento utilizada por Tom»
Sandra y Tom comenzaron a intimar cuando apenas llevaban una semana en Villa Montaña. La relación parecía ir viento en popa y él estaba todo el día detrás de ella. En alguna ocasión ha asegurado que con la soltera todo era diferente y que estaba empezando a encontrar sentimientos en sus encuentros. Aunque, para no variar, era todo mentira. Así lo ha demostrado Tom, una vez más, en su última hoguera: si sintiese algo por Sandra, habría querido empezar con ella algo fuera de la isla, pero decidió irse solo, dejando a la chica en el chalet.
Al recibir la noticia, Sandra no podía creer lo que estaba escuchando. Fue el propio Tom quien quiso contar a todos su decisión: «Me voy solo, necesito aclarar mi cabeza», explicaba frente a las solteras y el resto de sus compañeros. Lester se acercó a abrazarle, pero Sandra no hizo más que levantarse y salir del patio, acompañada por una de sus amigas: «Confía en él», le pedía su compañera, pero la soltera aseguraba que no podía hacerlo.
«Estoy en un estado de rabia y de shock que soy incapaz de ser coherente», aseguraba Sandra, llorando ante las cámaras. Parece que la chica estaba ilusionada y se ha dejado llevar demasiado por la pasión de la isla, cosa que el chico ha evitado a toda costa. Ilusionarse, porque pasión le ha puesto bastante.
