El ministro de Asuntos Exteriores de Grecia, Nikos Dendias, ha pedido por carta a sus homólogos de España, Alemania e Italia que pongan fin a la venta de armas y material de defensa a Turquía por sus «recientes provocaciones» en el Mediterráneo.
Según ha informado el diario griego ‘Ekathimerini’, Dendias cita en sus cartas la decisión del último Consejo Europeo sobre la obligación de los Estados de la UE de suspender la venta de equipamiento militar a terceros países que lo utilicen para acciones agresivas o para desestabilizar sus respectivas regiones.
A juicio del Gobierno de Atenas, ese es precisamente el caso de Turquía. Así lo planteó el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ante los líderes de la UE en la cumbre de la semana pasada, según han informado distintas fuentes diplomáticas. Atenas puso sobre la mesa la posibilidad de incluir el embargo de armas en las conclusiones del Consejo Europeo, si bien, esta petición no encontró el consenso entre sus colegas europeos que finalmente optaron por reiterar el aviso a Turquía ya expresado en la cumbre de hace dos semanas, el 1 y 2 de octubre.
En esa cita los Veintisiete reiteraron su apuesta por agotar la vía diplomática con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y se comprometieron a revisar la evolución de la crisis en el Mediterráneo el próximo mes de diciembre, sin descartar medidas como las sanciones si Ankara persiste en su actitud beligerante.
Según la prensa griega, la propuesta de Mitsotakis para adoptar ya medidas punitivas contra Turquía, incluyendo el embargo de armas, se topó con el rechazo de Alemania, España, Italia y Hungría. No obstante, el Ejecutivo español no ha confirmado este extremo.
De acuerdo al diario, en su carta al alemán Heiko Maas, Dendias pide que no emita licencias de exportación o de reacondicionamiento de submarinos, fragatas, aviones o vehículos acorazados con destino a Turquía.
Hace un año, la UE decidió ya restringir sus ventas de material militar a Turquía como respuesta a sus operaciones contra milicias kurdas en el norte de Siria, pero no se llegó a acordar un embargo hacia un país que es un socio clave para los europeos además de un aliado en el seno de la OTAN.
En 2019, España exportó a Turquía dos aviones de transporte, pero en octubre decidió suspender temporalmente la concesión de nuevas licencias para exportar armamento letal y municiones que pudiesen ser empleados en Siria, y no se han vuelto a autorizar exportaciones de este material, según explicó en el Congreso la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.
Sin embargo, la decisión no supuso revocar las licencias en vigor ni tampoco se extendió al resto de material no letal ni al de doble uso, en este caso siempre que su uso no sea para fines militares. Méndez afirmó que todas las solicitudes de exportación a Turquía son analizadas de manera individualizada y además cabe decir que la Junta intermministerial encargada de ello es «especialmente vigilante» con los equipos policiales y antidisturbios desde el intento de golpe de Estado de 15 de julio de 2016.
TENSIÓN EN EL MEDITERRÁNEO
Grecia y Chipre llevan meses reclamando una actitud más firme de sus socios europeos después de que Turquía siga con su campaña de prospecciones de gas en el Mediterráneo oriental, en aguas que estos países europeos consideran de su soberanía. Ante esto la UE emite mensajes de solidaridad con Atenas y Nicosia a la vez que contemporiza con Ankara, un socio estratégico para el bloque al que le unen intereses mutuos en múltiples áreas, incluyendo la migración o la estabilidad en Oriente Próximo.
Desde el comienzo de la crisis, Francia se ha alineado con Atenas y Nicosia y ha sido partidario de abrir la puerta a sanciones contra Turquía, llegando a mantener un cruce de acusaciones con Erdogan por un roce militar en el Mediterráneo. París ya estaba enfrentada con Ankara en relación con la situación en Libia, donde apoyan a bandos enfrentados.
Sin embargo, Alemania, que ostenta la presidencia de la UE, ha sido partidaria de abrir una mediación y de priorizar el diálogo con Erdogan, y en esa posición se encuentra también España. La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, viajó en verano a Atenas y a Ankara y recientemente ha visitado Chipre. Tras la cumbre de la semana pasada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió una postura «constructiva» en el Mediterráneo que pase por el diálogo en positivo.
La situación pareció encauzarse hace unas semanas cuando Turquía anunció que retiraba temporalmente el buque de prospecciones ‘Oruc Reis’ de aguas reivindicadas por Grecia como propias –en octubre anunció también que retiraba el ‘Yavuz’ de aguas chipriotas– pero el buque ha reanudado ya sus misiones.
Además, en las ultimas semanas se ha abierto un nuevo frente entre Ankara y Nicosia tras el anuncio de las autoridades turcochipriotas de reabrir Varosha, una zona que permanece cerrada desde hace décadas en el norte de la isla. La UE ha insistido en que Turquía revierta esta decisión y se avenga a negociar la reunificación de la isla, en el proceso auspiciado por Naciones Unidas.