Ante la previsible llegada de una vacuna para la COVID-19, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) ha informado este lunes que ha comenzado a preparar el terreno para su distribución rápida, segura y eficiente mediante la compra y el almacenamiento de jeringas, concretamente almacenará hasta finales de año 520 millones de jeringas.
«Vacunar a todo el mundo contra la COVID-19 será una de las mayores tareas a gran escala en la historia de la humanidad, y tendremos que actuar con la misma rapidez con que se puedan producir las vacunas», afirmó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta H. Fore, quien recordó que «para actuar rápido en el futuro, necesitamos movernos rápidamente ahora».
La siguiente fase del plan, suponiendo que se disponga de suficientes dosis para la inmunización, consistirá en aumentar el acopio hasta los 1000 millones de inyecciones para el año 2021. A esta cifra habrá que añadirle otros 620 millones de jeringas que UNICEF comprará para diferentes programas de vacunación contra el sarampión, la fiebre tifoidea u otras enfermedades.
Aparte de las jeringas, UNICEF también está comprando 5 millones de cajas de seguridad que el personal de los centros de salud usará para eliminar de forma segura las jeringuillas y las agujas usadas y así evitar el riesgo de accidentes. Cada uno de estos contenedores puede almacenar 100 inyecciones, por lo que UNICEF pretende «agrupar» las jeringuillas con las cajas de seguridad.
La Alianza para las Vacunas (GAVI) reembolsará el importe que el Fondo de la ONU para la Infancia se haya gastado en la adquisición de las jeringuillas y cajas de seguridad, para utilizarlas posteriormente en el mecanismo COVAX para el acceso mundial a las vacunas contra la COVID-19 u otros programas de inmunización financiados por GAVI en caso de que fuera necesario.
UNICEF especificó que los plazos de entrega de los equipos de inyección, que contienen las jeringas y las cajas de seguridad, son largos ya que estos artículos son voluminosos y deben transportarse por mar. Al mismo tiempo, y para garantizar que las vacunas se trasladen y almacenen a la temperatura adecuada, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud están elaborando un mapa de los equipos de cadena de frío y la capacidad de almacenamiento existentes y preparando la información necesaria para que los países reciban las vacunas.