La tarta de queso es sin duda uno de los postres más clásicos de nuestra gastronomía, de hecho no hay solo una tarta de queso sino muchas y a cada cocinero le gusta darle su toque personal.
Las hay que se elaboran en el horno, pero otras como las que os traemos hoy ni siquiera tienen que dar este paso, son refrigeradas y se caracterizan por ser tartas muy ligeras.
Lo único que está claro es que el ingrediente principal tiene que ser el queso. Pero evidentemente hay muchas clases de quesos, así que podemos elaborar nuestras tartas con requesón, queso quark, queso crema, azul, ricota, Idiazábal, Gruyere, etc. Imaginaos la cantidad de sabores diferentes que solo con este ingrediente base podemos obtener de la tarta de queso.
4Preparación:
Comenzamos preparando la base de la tarta, para ello trituramos las galletas con ayuda de una batidora. Derretimos la mantequilla y se la añadimos a la galleta mezclando con una cuchara de madera. La textura que buscamos es similar a la de la arena húmeda.
Tomamos un molde desmontable, y en la base colocamos la pasta de la galleta y la mantequilla aplanándola bien con la ayuda de un vaso o similar y teniendo cuidado de que no nos queden huecos libres, ya que será la base que sujete la tarta en su conjunto. Cuando esté listo, lo dejamos descansar en la nevera.
Por otro lado, ponemos en una cazuela el queso philadelphia, la nata y el azúcar, lo vamos calentando todo a fuego bajo a la par que revolvemos para mezclarlo. Los ingredientes tienen que derretirse para integrarse bien entre sí, pero la mezcla en ningún caso debe hervir.
El siguiente paso es añadir a cuajada y mezclar. Cuando todo esté bien integrado ha llegado el momento de verter la mezcla sobre la base de galleta que ya teníamos preparada. Dejamos que repose a temperatura ambiente durante unos 10 minutos.
Después la metemos en el frigorífico, donde tendrá que permanecer durante al menos 4 horas para que termine de cuajar y asiente su sabor. Aunque lo cierto, es que si la haces el día antes estará mucho más rica.
Por último, antes de servir tenemos que untar su superficie con mermelada de fresa, o de frambuesa (en realidad con cualquiera de nuestra elección). La desmoldamos y la adornamos para servir.