La carrera por convertirse en el mejor tenista de la historia continúa más vigente que nunca. Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic siguen inmersos en una lucha que sigue siendo épica, porque los tres ganan y ganan títulos en cada campaña, lo que los hace acumular más méritos para colocarse en lo más alto de la historia. En los últimos días el que ha dado un paso gigante en esta particular batalla ha sido el español, gracias al Roland Garros número 13 que cosechó. No solo representa un hito impresionante el ganar 13 veces el torneo parisino, que lo catapulta (más aún) como el mejor tenista sobre la arcilla que haya existido; sino que también significó alcanzar al suizo en esos 20 Grand Slam que ahora tienen ambos.
Para Nadal, los récords vienen en consecuencia a sus grandes actuaciones en los torneos importantes en los que decide participar. En su mente no está esa obsesión por forzarse a competir en cada evento, con lo que podría lesionarse; más bien prefiere reunir fuerzas y pelear por los trofeos más trascendentales. Sin embargo, al mallorquín todavía se le escapan algunos registros, que de lograrlos, lo llevarían a lo más alto en su carrera con los otros tres. Su calendario siempre es el que dicta sentencia, pero con algunos títulos ausentes en su vitrina podría adaptarlo para conseguirlos y acumular más méritos en esa lucha de pulso que tiene con Federer y Djokovic.
4Nadal quiere ser un Maestro a final de temporada
Una de las espinitas que más fuerte tiene clavada Nadal es la de que en sus casi 20 años de carrera nunca ha podido quedarse con el torneo final de la temporada, el que determina quien es el campeón supremo entre los ocho mejores del ránking: las Finales ATP. Por la dureza del evento, la calidad de los jugadores que asisten y lo extenuado que suele llegar el balear, pues sus actuaciones nunca han sido tan superlativas como en otros torneos. Solo en dos oportunidades ha llegado a gran final, en 2010 y en 2013; pero en ambas ha caído contra sus dos máximos rivales, Federer primero y Djokovic en esa segunda ocasión. Nadal tiene algunos años por delante para tratar de quitarse ese peso de encima y por fin declararse un Maestro de la ATP.