Las de “Misión Imposible” están en el grupo de esas películas que todos hemos visto en alguna ocasión. Con toda nuestra atención o de fondo mientras dormimos la siesta, enteras o a cachos, en orden o según las echasen por la tele. Tom Cruise hizo en ellas uno de los papeles por los que será recordado en la posteridad. Pura adrenalina, acción, intriga y también algo de glamour. Un James Bond un poco más moderno y menos inglés.
También es “Misión Imposible” parangonable a películas como “Bourne” o “Ethan Hunt”. Puro cine de espías, aunque cada cual con sus singularidades. Lo que claramente distingue a “Misión Imposible” de las demás son sus escenas de acción grandilocuentes e inverosímiles. Fantasmadas con mucha frecuencia, pero eso no le quita interés a la película. Más bien al contrario: los espectadores de “Misión Imposible” quieren explosiones, tiroteos, caídas al vacío, persecuciones de locura…Y los guionistas les dan lo que piden.
5Robar en el Kremlin
A priori, misión imposible conseguirlo. Pero, claro, de eso va precisamente “Misión Imposible”: de demostrar que lo imposible no lo es tanto. A nivel cinematográfico y técnico, esta escena es un prodigio de maestría. Y, además, para empezar la película, pues esta escena es la que abre “Protocolo Fantasma”, del año 2011.
Como siempre, el agente Etanh Hunt debe colarse en las instalaciones del Kremlin para robar un expediente que necesita en sus investigaciones. Los planes no acaban de salir como él esperaba, pero ciertamente eso es lo de menos. De hecho ahí reside parte de la gracia de la escena: ese giro de guion inesperado y una espectacular persecución para rematar la faena.
Hunt no va solo esta vez, sino acompañado de Benji. Utilizan todo tipo de gadgets y aparatos para conseguir burlar la seguridad que protege los archivos secretos del Estado ruso. Y todo para nada.