Los sedimentos del fondo marino del Océano Ártico pueden ayudar a los científicos a comprender cómo responde el permafrost al calentamiento climático. Un equipo multidisciplinario de la Universidad de Estocolmo ha encontrado evidencia del deshielo del permafrost pasado durante los eventos de calentamiento climático al final de la última edad de hielo.
Sus hallazgos, publicados en ‘Science Advances’, advierten sobre lo que podría suceder en el futuro cercano: que el calentamiento del Ártico en solo unos pocos grados puede desencadenar un deshielo masivo del permafrost, la erosión costera y la liberación de gases de efecto invernadero, dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) a la atmósfera.
El permafrost ártico almacena más carbono que la atmósfera. Cuando el permafrost se descongela, este carbono puede convertirse en gases de efecto invernadero (CO2 y CH4) que luego ingresan a la atmósfera y pueden afectar el sistema climático.
Para mejorar las predicciones de las futuras emisiones de gases de efecto invernadero del permafrost, los científicos han comenzado a mirar hacia el pasado, explorando cómo el calentamiento climático anterior, por ejemplo, al final de la última era glacial, afectó al permafrost y su vasto depósito de carbono.
«Nuestro nuevo estudio muestra por primera vez la historia completa de cómo el calentamiento al final de la última edad de hielo provocó el deshielo del permafrost en Siberia. Esto también sugiere la liberación de grandes cantidades de gases de efecto invernadero», apunta Jannik Martens, estudiante de doctorado en la Universidad de Estocolmo y autor principal del estudio.
«Parece probable que el deshielo del permafrost pasado en épocas de calentamiento climático, hace unos 14.700 y 11.700 años, también estuviera relacionado en parte con el aumento de las concentraciones de CO2 que se observa en los núcleos de hielo de la Antártida en estos tiempos –añade–. Parece que el calentamiento del Ártico se unos pocos grados Celsius son suficientes para perturbar grandes áreas cubiertas por permafrost y afectar potencialmente el sistema climático».
En el estudio actual, los científicos utilizaron un núcleo de sedimento de ocho metros de largo que se recuperó del lecho marino a más de 1000 metros por debajo de la superficie del Océano Ártico durante la expedición SWERUS-C3 a bordo del rompehielos sueco Oden en 2014. Para reconstruir Deshielo del permafrost en la tierra, los científicos aplicaron la datación por radiocarbono (14C) y el análisis molecular para rastrear restos orgánicos que una vez fueron liberados al descongelar el permafrost y luego arrastrados al Océano Ártico.
«De este núcleo también aprendimos que la erosión de las costas del permafrost fue una fuerza impulsora importante para la destrucción del permafrost al final de la última edad de hielo –explica Örjan Gustafsson, profesor de la Universidad de Estocolmo y líder de la programa de investigación–. La erosión costera continúa hasta el día de hoy, aunque diez veces más lenta que durante estos primeros períodos de calentamiento rápido. Sin embargo, debido a las recientes tendencias de calentamiento, vemos nuevamente una aceleración de la erosión costera en algunas partes del Ártico, que se espera que libere gases de efecto invernadero por la degradación de la materia orgánica liberada».
«Cualquier liberación del deshielo del permafrost significa que hay incluso menos espacio para la liberación antropogénica de gases de efecto invernadero en el presupuesto del sistema tierra-clima antes de que se alcancen umbrales peligrosos», prosigue.
Gustafsson, Martens y sus colegas están ahora nuevamente en el Océano Ártico como parte del Estudio Internacional de la Plataforma Siberiana (ISSS-2020) a bordo del buque de investigación ruso Akademik Keldysh. La expedición salió del puerto de Arkhangelsk el 26 de septiembre y se encuentra actualmente en el Mar de Siberia Oriental, buscando más respuestas a cómo el cambio climático puede desencadenar la liberación de carbono, incluidos los gases de efecto invernadero, de los sistemas de permafrost del Ártico, incluyendo la erosión costera y el permafrost bajo el fondo del mar preservado de la pasada edad de hielo.