Cómo hacer los bollos de ‘Pantera Rosa’ en tu casa (y más saludables)

-

Vivimos momentos muy adversos como sociedad, definitivamente la pandemia del coronavirus nos ha mantenido casi que todo el año desde casa, y con muchas cosas por hacer desde el encierro. Una de las actividades que ha ido teniendo un espacio importante en el quehacer de las personas, precisamente ha sido la cocina, que a su vez, constituye ese punto del sabor y de las buenas recetas, donde todas las familias tienen la posibilidad de experimentar para complacer el paladar. Hoy te vamos a enseñar a preparar unos deliciosos bollos de Pantera Rosa para que desde la comodidad de tu hogar, tengas las herramientas necesarias para hacer este tipo de atractivos, que seguramente no lo habías tomado en cuenta.

Y es que, cuando se trata de probar cosas distintas, sin duda que hay diversidad de opciones, pero como a veces se nos quedamos de vagos, no solemos arriesgarnos. Pues bien, con estos detalles que te daremos a continuación, sabrás cómo hacer los encantos de bollos de Pantera Rosa, con los que sumar algo saludable y de buen placer para ti y los tuyos.

2
Preparación de los bollos Pantera Rosa

Estos bollos de Pantera Rosa, además de ser saludables porque lo harás en casa, te van a quedar muy ricos. Lo primero que debes hacer es precalentar tu horno a unos 180 grados aproximadamente. Posteriormente, debes engrasar un molde de silicona con un poco de mantequilla derretida. Luego de ese punto la reservas allí para más adelante. Con el azúcar, tienes que dividirla en dos partes que sean iguales y le añades la ralladura de limón, a cualquiera de las partes. Continúas el proceso, y con las yemas de tus dedos tienes que friccionar bien los ingredientes.

Esto lo que hará es que se liberen por así decirlo los aromas de la piel del limón, y conseguir en cierto modo un azúcar con aroma a limón. También lo reservas. El siguiente punto consiste en separar las yemas de las claras. En el caso de las yemas te la llevas a un cuenco amplio, y montas las claras con un poco de sal en otro cuento pero más pequeño. Te apoyas con unas varillas y ya comienzas a darle velocidad para que no salpiquen.