El estado de optimismo que recorría Melbourne por estar cada vez más cerca el Abierto de Australia 2021 se está diluyendo a una velocidad increíble. Ahora es la duda la que se cierne sobre un evento que está previsto del 18 al 31 de enero, pero que el coronavirus puede apagar de un solo tirón. La pandemia aún asola al mundo y aunque se pensaba que las cosas podrían mejorar de cara al próximo año, realmente parece que ocurrirá todo lo contrario.
Aunque la organización del primer Grand Slam de tenis del año, encabezada por Craig Tiley, prometía tener mejor seguridad sanitaria que las que se presentaron en el US Open y el Roland Garros, con una burbuja mucho más estructurada y aprovechando el buen clima del verano austral; todo indica que sus planes los podría tumbar la nueva ley que aprobó el gobierno australiano para combatir la pandemia. La medida es que no se permitirá ni la entrada de turistas ni la salida de los ciudadanos establecidos en territorio australiano hasta el 2022, así lo informó el diario ‘Independent’. Con esto la entrada de los jugadores extranjeros quedará betada al país y así celebrar el torneo será imposible.
Medidas que dificultan el Abierto de Australia
Para Tiley esto supone un quebradero de cabeza máximo, porque la ley dificulta todos los planes sobre medidas sanitarias que se estaban armando; no solo para proteger el recinto en el que se desarrollaría el Abierto de Australia, también para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos y los jugadores que estarían allí confinados.
Ahora el momentos es delicado, porque sin el apoyo del gobierno será imposible llevar a cabo la nueva edición del Grand Slam de tenis. «Estamos llegando a un momento decisivo y necesitamos el firme compromiso de las autoridades sanitarias y los gobiernos si queremos seguir adelante con la celebración del torneo», explicó Tiley en declaraciones recogidas por ‘Reuters’.
Reuniones para llegar a un acuerdo
Tiley agregó que el paso a seguir era comenzar a entablar conversaciones con el gobierno; así se podría alcanzar un acuerdo que exima de esa ley a los jugadores de tenis. «En un plazo de entre dos semanas y un mes es preciso tener claro qué puede saber; si se abren las fronteras y podemos organizar varios torneos previos al Grand Slam en varias ciudades estamos preparados, pero si no hay exenciones para los deportistas y las fronteras permanecen cerradas, tenemos que reconsiderar todo lo que teníamos preparado», indicó.
La idea es que se le asegure a las autoridades que los tenistas se someterán a una cuarentena dentro de la burbuja dos semanas; justo antes de iniciar el Abierto de Australia. «Asumimos con toda naturalidad que todos los jugadores que vengan del extranjero deben someterse a una cuarentena de 14 días, pero necesitamos que durante dicha cuarentena se habiliten espacios en los que puedan entrenar y hacer una vida normal, sin contacto social claro. No podemos pedir a los tenistas que hagan una cuarentena y empiecen a competir», comentó Tiley.
A falta de solo tres meses para que llegué la fecha en la que debe comenzar el Abierto de Australia, los organizadores del torneo deberán correr a contra reloj para convencer al gobierno de que la situación puede ser controlada; porque de no ser así, el primer Grand Slam del 2021 y otros torneos celebrados en el país oceánico pasarán a mejor vida.