En “Sálvame”, en Telecinco en general más bien, no se cortan un pelo. Y así será siempre, pues precisamente es de eso de lo que viven: del escándalo, la ofensa, la bronca y el linchamiento, si es preciso. La palabra “polémica” tal vez se quede un poco corta. Ahora bien, hay que decirlo todo: quienes van al plató de “Sálvame” a sentarse junto a Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban y demás sabe a lo que se atiene. Y, sobre todo, sabe que se paga bien exponerse al escarnio y a los gritos del salseo de Telecinco.
Las burlas, las bromas pesadas y la ridiculización son el pan de cada día en ese rincón de la parrilla. Lo que vende, lo que atrae audiencia y la mantiene entretenida y enganchada a los líos que representan los tertulianos y colaboradores de “Sálvame”.
1Lydia Lozano conoce bien el problema
Lydia Lozano ha sufrido lo suyo en el plató de “Sálvame”. Lleva ya unos cuantos años colaborando con el programa de Telecinco, y parece que no aprende de que se trata de una profesión de alto riesgo. Hace pocos meses fue la última vez que Lozano acabó llorando en el mismo plató.
Kiko Hernández anunció, al comienzo del programa, que iba a “abrir el cajón de los secretos que podría poner en un aprieto a ciertos famosos». En ese cajón que abrió se encontraba, entre otras cosas, unas imágenes del polígrafo secreto al que tuvo que someterse Lozano en 2005. Fue una experiencia muy dolorosa para ella recordar aquel momento que, se suponía, era confidencial.
«Hasta luego», decía Lydia Lozano, con la cara inundada en lágrimas y marchándose de plató. «Se blindaron las puertas, se firmó que no se podía hablar. ¡Eso fue lo que firmé!», gritó Lozano muy disgustada. «Me voy a mi casa y no vuelvo si esto sale a la luz. Nunca me dieron los resultados de aquel polígrafo. No se hizo para emitirse, se hizo a puerta cerrada entre la cadena y yo».