Si bien en el 2016 reventó todos los pronósticos y desafió cualquier lógica al derrotar a los Warriors, lo que LeBron James hizo en el 2020 con los Lakers de Los Ángeles no se aleja de aquella hazaña tan épica. El astro llegó al equipo californiano la campaña pasada y el equipo llevaba cinco años sin clasificarse a los playoffs y por supuesto, sin ser campeones. No obstante, la llegada del «King James» no acabó con el malefició y por sexta campaña consecutiva se quedaron fuera de playoffs, pero dejó esperanzas de que las cosas podían cambiar. La llegada de Anthony Davis y la contratación de Frank Vogel significaron un plus que al fin los devolvería a luchar a lo grande y a unos playoffs.

Con la pandemia asolando al mundo, la NBA regresó en una burbuja en Orlando; sin embargo, todos subestimaron el poder de LeBron y los suyos, algo que ahora se puede decir fue un gran error. Equipos como los Bucks de Milwaukee, los Raptors de Toronto y, sobre todo, los Clippers de Los Ángeles lucían un favoritismo aplastante; pero los Lakers fueron a lo suyo y partido a partido superaron a todos sus rivales. En una final más que inesperada ante los Heat de Miami, James compaginó todas sus habilidades para resaltar en puntos, en rebotes, en asistencias y también en la faceta defensiva para llevar al equipo de Los Ángeles al campeonato por decimoséptima ocasión, con lo que igualaron a Boston como los más ganadores de la historia. Además, él conquistó su cuarto anillo de campeón y también su cuarto MVP de las finales. Toda una leyenda en activo.