En los últimos cuatro años es un tema cada vez más preocupante. El mundo digital ofrece infinitas posibilidades para el aprendizaje, pero también infinitas mentiras. Los gobiernos y empresas están preocupados con la proliferación y difusión de las llamadas como “fake news”, bulos trabajados concienzudamente para hacerse pasar por verdades. El problema es que funcionan, asediados como estamos por miles de estímulos sin tener apenas tiempo para procesarlos.
Las grandes plataformas tecnológicas, como Facebook, Youtube y Google, no empezaron a comprender la gravedad del asunto hasta hace bien poco. Son conscientes de que, una campaña a gran escala de mentiras interesadas, puede condicionar unas elecciones presidenciales. Algo así sucedió hace ahora cuatro años, cuando Donald Trump ganó las elecciones estadounidenses.
Desde entonces, esta ha sido una de las grandes preocupaciones del mundo de la política y del tecnológico: ¿cómo frenar la difusión de noticias falsas?, ¿cómo distinguir una información falsa de una verdadera?
4Todo es lo mismo en Facebook
Los resultados revelan que los participantes no le prestan mucha atención a la fuente del contenido que están leyendo. Cuando noticias y entretenimiento comparten espacio en una misma página, la fuente y la veracidad de la información son detalles irrelevantes para el lector.
Las distinciones entre fuentes, por lo general, no varían. De esa forma, es muy difícil separar lo que es creíble y lo que no.
“Facebook no ofrece ninguna distinción visual entre algo publicado en The New York Times o en un blog desconocido. Todos se publican en la red social en el mismo color y con la misma fuente”, explica Pearson. Recientemente, la red social fundada por Marc Zuckerberg ha manifestado su intención de tomar cartas en el asunto para suprimir de su feed informaciones falsas.