Pocas historias de lealtad se conocen en el mundo del fútbol. Y es que los jugadores de un solo club son una especie casi en extinción; porque los millones de euros son muy tentadores, las ansias por alcanzar la gloria también y claro está, las ganas de lucir esa camiseta con la que soñaste de niño, son factores que te pueden hacer cambiar de aires. Pero si esa es la historia con los jugadores a los entrenadores les sucede igual, porque muy difícil es verlos entrenar a un solo equipo durante sus carreras. Aunque es complicado hay algunos que entrenaron pocos clubes y en uno de ellos pasaron una larga etapa de sus vidas, uno de los ejemplos más claros que se recuerden es nada más y nada menos que Arsene Wenger.
El estratega francés comenzó su andadura como técnico en el Nancy, pasó por el Mónaco y hasta por Japón con el Nagoya Grampus; su carrera en los banquillos se forjó con el Arsenal. En el conjunto londinense estuvo durante 22 años (1996 hasta el 2018) y forjó una historia inolvidable. Arquitecto de ese equipo invencible que el 2004 ganó la Premier League de forma invicta, su legado ya es imborrable dentro de los gunners a pesar de los malos últimos años que tuvo. Sin embargo, el entrenador francés quedó con una espinita clavada, que revela en su autobiografía ‘My life in Red and White’, y esa no es otra que no haber podido entrenar al Real Madrid.
Una historia de amor que no pudo cumplirse
Aunque no ha salido el libro de forma completa, se han revelado algunos fragmentos y el mismo Wenger comenta desde pequeño quedó prendado por el conjunto merengue y siempre soñó con estar ligado de alguna forma a él; por eso le dolió en el alma tener que rechazarlo hasta en dos ocasiones cuando le ofrecieron entrenarlos. «Es terrible rechazar al club desde que eras desde niño, el Madrid, pero yo tenía una misión en el Arsenal, un contrato que cumplir y les había dado mi palabra de honor», narra el exentrenador francés.
Si bien nació en Estrasburgo su amor por el Real Madrid fue incondicional desde muy chico, porque los jugadores tan impresionantes que tenía lo hicieron enamorarse perdidamente del club de la capital española. «Amaba al Madrid, desde niño pensaba que era el más fuerte, el más bello, el más impresionante de los clubes de fútbol. Esos jugadores todos vestidos de blanco, que lucían de manera magnífica, eran jugadores que yo admiraba como Kopa, Puskas y Di Stéfano. El Madrid era el club soñado», explica en su libró.
Para Wenger fue terrible tener que dejar pasar el tren del club de sus amores, pero es que desde su llegada a Londres formó una relación especial con el Arsenal y sus aficionados. Además, los logros que consiguió al inicio de su viaje lo hicieron un ídolo que ya está instalado en la historia de los gunners; por eso siempre mantuvo su palabra de permanecer con ellos a pesar de soñar con entrenar a los blancos algún día.
En el 2009 Wenger dijo «no»
Dentro del libro se darán a conocer los detalles de esas dos ocasiones en las que tuvo que rechazar al Real Madrid, pero por lo menos una de las veces que dejó ir la oportunidad y la reveló en una entrevista para ‘BeIN Sports’ en el 2018. Allí, el francés comentó que Florentino Pérez, en su regreso a la presidencia en el 2009, le pidió hacerse cargo del equipo de su vida.
«Me ofrecieron cinco años de contrato y el control total, pero tuve que rechazarlo. Estaba en un momento muy delicado y no era el momento de salir«, comentó un Wenger que aquella vez se negó para no dejar tirado a un Arsenal que se encontraba en una situación delicada. Sin resultados buenos y comenzando a complicarse en la Premier League, el francés no quería irse dejando a los gunners sin estabilidad; el problema es que esta nunca volvió del todo y él tampoco pudo irse al Madrid.
Al salir toda su autobiografía se sabrá como ocurrió esta y cuál fue la otra oportunidad en la que rechazó a los blancos, pero la historia de Wenger demuestra que aunque fue muy feliz y cumplió muchas de sus metas como entrenador, siempre le quedará en la mente que pudo haber estado en el club que amó de niño y por honor no logró hacerlo.