La digitalización se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día. A raíz de la pandemia del coronavirus y de la necesidad de distancia social, hemos empezado a tele-hacer todo. Ya antes podíamos hacer casi cualquier cosa sin movernos de casa, desde el teclado del ordenador o del móvil. Ahora esa tendencia se ha acelerado en poquísimos meses, y se han digitalizado aspectos de la vida que pensábamos que solo tenían sentido de forma presencial. Por ejemplo, ir a terapia al psicólogo.
Para muchas personas, ir a terapia psicológica implicaba ir a un lugar determinado fuera de casa. Sentarse frente al terapeuta, mirarle a los ojos, escucharle a viva voz y no a través de unos auriculares...Podría pensarse que una terapia, si se lleva a cabo virtualmente, pierde su sentido y no conseguirá lo que se propone. Según investigaciones recientes, parece que no es así.
4Facilitar la accesibilidad
“Sin embargo, no es sorprendente que las intervenciones vía digital sean también eficaces. Las terapias por esta vía ofrecen flexibilidad, privacidad y el paciente no pierde tiempo yendo a la clínica ni gasta dinero en transporte o aparcamiento. La accesibilidad que tenga un tratamiento importa, muy especialmente en salud mental”.
Hay otro factor que Samaan considera relevante para explicar la eficacia de las terapias por ordenador o teléfono: “Los clientes necesitan su propio espacio, que les resulte cómodo”. Y ningún sitio más cómodo que la propia casa de uno.
Bajo su punto de vista, debería haber una mayor disponibilidad de terapias cognitivas conductuales a través de dispositivos electrónicos. El estudio de los canadienses se titula “A comparison of electronically-delivered and face to face cognitive behavioural therapies in depressive disorders: A systematic review and meta-analysis”, y fue publicado en la revista EClinical Medicine.