El Roland Garros acabó como la mayoría pensaba y como la lógica dictaba: con Rafael Nadal levantando por decimotercera vez el trofeo de este certamen al cielo parisino. La cátedra que dictó el español en la Philippe Chatrier seguramente sea materia de estudio dentro de unos años, por la majestuosidad de su gesta. Sin embargo, a pesar de que el mallorquín fue protagonista principal de principio a fin durante el torneo; y que se levantó como tal vez el mejor deportista español de todos los tiempos, su leyenda no fue la única en gestarse.
París vivió dos semanas impactantes en las que el balear acabó con todos los honores, pero también algunos cuantos salieron bien parados de un torneo duro, en el que poco tiempo hubo para respirar; también para otros fue la confirmación de que van por muy buen camino y deben seguir en la misma estela; y a algunos más los deja con serias dudas de cara a un futuro en el que deben mejorar si no quieren quedarse atrás.
2Djokovic se queda a las puertas de la gloria
Para el serbio la tristeza fue máxima, más al ver la forma tan apabullante con la que cayó. Aunque tuvo la entereza y humildad para aceptar y elogiar la superioridad de Nadal, también debe tomar cartas en el asunto y analizar como ha marchado el año para él. El año de Djokovic en cuentas generales ha sido espectacular, pero con dos decepciones tan grandes que, a pesar de ser solo dos lunares, apagan mucho toda su alegría. Todo comenzó en enero cuando se impuso en la ATP Cup, luego en el Abierto de Australia y después en el torneo de Dubái; luego la pandemia paró todo, pero eso no significó que él se apagó. Al volver, se impuso en el Masters 1000 de Cincinnati y la primera decepción llegaría.
Las cosas se derrumbaron cuando de un pelotazo a una juez de linea, en su duelo ante Carreño Busta, acabó con su invicto y con sus posibilidades de ganar el US Open. Su paso por el torneo estaba siendo brillante hasta ese momento, pero ese golpe lo dejó fuera y muy abajo anímicamente. No obstante, logró recuperarse para la etapa de tierra batida y en el Masters 1000 de Roma no tuvo piedad con sus rivales. La racha continúo durante todo el Roland Garros, hasta esa final en la que nada pudo hacer contra Nadal. Los números de Djokovic son de escándalo: cuatro títulos, uno de ellos un Grand Slam, 37 victorias y solo dos derrotas; realmente unos registros impecables que al final saben a poco, por ser esas dos caídas en dos torneos que deseaba más que nada.