Las comparecencias programadas en la Audiencia Nacional para tomar declaración a, entre otros, el que fuera CEO de Dia entre diciembre de 2018 y mayo de 2019, Borja de la Cierva, se han suspendido ‘sine die’, según informan a Europa Press fuentes jurídicas. Ahora, los investigados deberán esperar a la nueva fecha que fije el juez instructor Alejandro Abascal.
El magistrado investiga una presunta alteración de casi 52 millones de euros en las cuentas del Grupo Dia.
La declaración del que fuera CEO de Dia estaba prevista para este martes 13 de octubre. De la Cierva ha sido imputado por el juez por haber formado parte de la Comisión de Auditoría y cumplimiento de la cadena de supermercados de los ejercicios 2016 y 2017. De hecho, además de a él, cita al resto de esa comisión.
En esta causa los principales investigados hasta la fecha son el ex consejero delegado del Grupo Ricardo Currás y el que fuera su número dos Amando Sánchez Falcón. Se les imputan delitos de administración desleal y fraude en las cuentas al haber presuntamente engordado los números de la empresa en 2017 mediante «prácticas irregulares» que supusieron un incremento ficticio de 51,8 millones de euros.
La investigación se inició después de la querella presentada por un grupo de accionistas minoritarios de Dia, y el juez en el auto de imputación de Currás indicaba que para la consecución de los objetivos propuestos para 2017, dado que las cifras propias del ejercicio no alcanzaban los mismos y se produciría un importante descenso en la cifra del Ebitda, «Currás ideó un plan, que en parte implicaba la utilización de prácticas irregulares previas, para alterar ciertas magnitudes con reflejo directo» en este balance, «lo que le proporcionaba una apariencia de sólida gestión».
Según un nuevo informe con fecha de 17 de agosto, al que también ha tenido acceso Europa Press, el fiscal entiende que se han de mantener todas las imputaciones previas porque las alteraciones se produjeron «al efecto de elaborar unas cuentas anuales que trasmitieron al mercado una situación irreal de la sociedad, basadas en simples conjeturas o deseos del consejero delegado que, pese a no materializarse en las cifras del día a día, se mantenían».