El Papa ha reclamado más inclusión de la mujer en los puestos de liderazgo de la Iglesia pero ha advertido que este proceso debe desarrollarse «sin caer en el clericalismo».
«Tenemos que subrayar el aspecto femenino, porque muchas veces, son dejadas de lado. Debemos promover la integración de las mujeres», ha señalado el Santo Padre durante el ángelus de este domingo, asomado al balcón de su estudio privado en el Palacio Apostólico.
El Papa ha retomado así durante el rezo dominical el tema de sus intenciones de oración para de este mes de octubre que incide en que las mujeres y los laicos tengan un papel más decisivo en «las instancias de responsabilidad de la Iglesia».
El Papa ha puesto en práctica con gestos concretos en el Vaticano la inclusión de mujeres en la vida decisional de la Iglesia católica. Por ejemplo, colocó al frente de la oficina de la Biblioteca Vaticana a la experta en Biblioteconomía, la doctora Raffaella Vincenti, quien antes ocupaba el cargo de secretaria.
Además, el pontífice nombró a la profesora italiana Antonella Sciarrone Alibrandi, como miembro del Consejo de Administración de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el organismo competente en materia de transparencia que debe combatir las prácticas de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo.
También designó como subsecretaria para el Sector Multilateral de la Sección para las de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado a Francesca Di Giovanni.
En el Sínodo de la Amazonía el diaconado de las mujeres y la propuesta de los nuevos ministerios para las mujeres fueron temas centrales. Sin embargo, en la exhortación final ‘Querida Amazonía’, el Papa se apoyó en San Juan Pablo II para zanjar que «el carácter exclusivo recibido en el Orden, lo capacita solo a él -el sacerdote- para presidir la Eucaristía».
Del mismo modo, consideró que ordenar a mujeres diaconisas «nos orientaría a clericalizarlas, disminuiría el gran valor de lo que ellas ya han dado y provocaría sutilmente un empobrecimiento de su aporte indispensable».
Sin embargo, poco después instituyó una nueva comisión para el estudio de las fuguras de las diaconisas con la que abrió la puerta a una nueva interpretación del diaconado femenino desde el punto de vista de la perspectiva histórica y de la perspectiva teológica.
Además el Papa también se ha hecho eco de la necesidad de abrir las puertas de la Iglesia a todo el mundo. «Dios no tiene miedo de los malos», ha señalado el pontífice tras poner en valor el rostro de una Iglesia misionera y ‘en salida’ llamada a ir «a los lugares donde viven los corazones sin una migaja de esperanza».