Una de las estrellas de la televisión de los 80 y los 90 fue sin duda José Luis Moreno. Todos los sábados a la noche, los espectadores podían ver un programa lleno de cantantes y humoristas. Todo producido por él. José Luis Moreno era el productor, director y hasta presentador de estas galas con su peculiar manera de anunciar el siguiente show. Y siempre en estas galas se guardaba su espacio para su espectáculo.
Moreno nunca fue un buen ventrílocuo. Un ventrílocuo es una persona que hace un monólogo junto a un muñeco de tela. El muñeco de tela va moviendo la boca mientras el ventrílocuo le va poniendo la voz. La gracia está en que a esta persona no se le vea mover la boca. A José Luis eso le daba igual. Sus Monchitos, Macarios y Rockefeller eran muy queridos por el público y centraban la atención del respetable. Él podía gesticular, que su espectáculo estaba centrado en la risa, no en la capacidad de hacer hablar al muñeco sin mover la boca. A pesar de todo, es cierto que hoy en día se echa de menos a esos tres peculiares muñecos.
4José Luis Moreno como ventrílocuo
Moreno no entró por casualidad en la ventriloquía. Era el sobrino de Wenceslao Moreno, conocido como Señor Wences, un famoso ventrílocuo español que emigró a Estados Unidos en los años 30 y triunfó con sus muñecos en la televisión y en los espectáculos de Broadway. La casa de José Luis Moreno estaba llena de muñecos y en un momento de angustia económica, Moreno se agarró a ese arte como salida a la crisis.
Macario, Monchito y Rockefeller no eran los únicos muñecos que José Luis ha tenido a lo largo de la historia. También sacó a Fifí, Nicole y Ágata, tres muñecos femeninos. Uno de ellos era una vaca. Esta vaquita no estaba en contra de la fiesta nacional, sin embargo, en sus shows se quejaba mucho de que los toreros siempre acababan matando a sus novios. Un tema, la tauromaquia, que, a día de hoy, 40 o 50 años después, todavía sigue siendo polémico.
Lo cierto es que José Luis Moreno y sus muñecos no solo triunfaron en España. Italia fue un país donde el éxito de estos muñecos fue mayúsculo. Cada semana se requería a Moreno junto a alguno de sus invitados para hacer reír al público italiano. De hecho, se cuenta que en una ocasión el papa Juan Pablo II y Moreno tuvieron un encuentro y estuvieron hablando amistosamente de Rockefeller. Desafortunadamente, gente como Moreno y sus muñecos ya no se ven en televisión.