Los anticuerpos del coronavirus pueden durar al menos tres meses después de que una persona se infecte con el virus que causa el COVID-19, según un nuevo estudio publicado en la revista científica ‘Science Immunology’.
Los investigadores del Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum de Sinai Health y de la Facultad de Medicina Temerty de la Universidad de Toronto utilizaron muestras de saliva y de sangre de pacientes con COVID-19 para medir y comparar los niveles de anticuerpos durante más de tres meses después de la aparición de los síntomas.
Descubrieron que los anticuerpos de la clase IgG que se unen a la proteína de punta del SARS-CoV-2 son detectables durante al menos 115 días, lo que representa el intervalo de tiempo más largo medido. El estudio es también el primero en mostrar que estos anticuerpos también pueden ser detectados en la saliva.
«Nuestro estudio muestra que los anticuerpos IgG contra la proteína punta del virus son relativamente duraderos tanto en la sangre como en la saliva. Nuestro estudio sugiere que la saliva podría servir como alternativa para las pruebas de anticuerpos. Aunque la saliva no es tan sensible como el suero, es fácil de recolectar», explica Jennifer Gommerman, profesora de inmunología de la Universidad de Toronto y líder del esfuerzo de pruebas de saliva.
La mayoría de las personas que se recuperan de COVID-19 desarrollan en su sangre agentes inmunes llamados anticuerpos específicos para el virus. Estos anticuerpos son útiles para indicar quién ha sido infectado, sin importar si tuvo o no síntomas.
La durabilidad de la respuesta de los anticuerpos al SARS-CoV-2 se ha debatido en los últimos meses. Un estudio anterior publicado en ‘Nature Medicine’ sugirió que los anticuerpos pueden desaparecer después de dos meses en algunos individuos que tenían el virus pero no experimentaban síntomas.
Aunque este equipo de investigadores admite que hay mucho que aún no saben acerca de las respuestas de los anticuerpos a la infección del SARS-CoV-2, incluyendo cuánto tiempo duran los anticuerpos más allá de este período o qué protección ofrecen contra la reinfección, esta investigación podría tener implicaciones más amplias en el desarrollo de una vacuna efectiva.
«Este estudio sugiere que si una vacuna está diseñada adecuadamente, tiene el potencial de inducir una respuesta de anticuerpos duradera que puede ayudar a proteger a la persona vacunada contra el virus que causa el COVID-19», concluye Gommerman.