Luego de dos semanas de ardua lucha, de pasar por un un cuadro final con 128 hombres, de intensas batallas y gran tenis, poco a poco se acerca la hora en la que se definirá la gran final del Roland Garros; pero antes se deberá decidir los dos que se medirán en ese tremendo duelo, algo que se decidirá tras dos semifinales muy especiales: Rafael Nadal contra Diego Schwartzman y Novak Djokovic ante Stefanos Tsitsipas.
La Philippe Chatrier albergará dos verdaderos partidazos que definirán la final del tercer Grand Slam de este año. Todos aguardan a que el destino depare ese último duelo entre Nadal y Djokovic; no obstante, los dos se miran de reojo a la espera de que puedan superar sus respectivos obstáculos que realmente lucen muy duros. Para el español Roger Federer y sus 20 Grand Slams están en el horizonte y para el serbio está la oportunidad de quedarse a uno solo del mallorquín. La historia los llama, aunque antes deben responder a esos dos escollos que se le presentan.
Schwartzman será el muro de Nadal
Nadal habló ante los medios y advirtió que el argentino es ahora el favorito para llevarse el duelo. Una gran estrategia de desmarque, pero todos saben que París es su casa y muy duró tendrá que ser el rival para vencerlo. Pese a que el favoritismo real recae en el español, Schwartzman llega el derecho bien ganado de soñar, por su presente (tremenda victoria ante Thiem) y por lo que hizo ante el mismo mallorquín hace dos semanas (lo venció en Roma); además con el añadido de que no tiene nada que perder y eso lo hace realmente peligroso.
Para el argentino será vital que la cancha este un poco pesada, porque así se obstruirá el juego de velocidad, precisión y efecto que hace Nadal. El tiempo de lluvia, el horario y las nuevas pelota son otros elementos que le serán de mucha ayuda al «Peque» en su gran cruzada. Schwarztman sabe que el balear está más rodado que hace dos semanas, pero su propio físico ha mejorado y eso lo demostró ante Thiem. Todo pasa por aprovechar los errores del rival, jugar alto para abrir los espacio precisos y hacer valer todos esos elementos antes mencionados que le dificultan las cosas a «Rafa».
Por el lado de Nadal no cabe duda que si se trata de Roland Garros, pues él tendrá un plus. Su paso en esta edición ha sido impecable y poco a poco ha mejorado en su juego; aunque Sinner fue el único rival que lo ha hecho esforzarse, al final demostró todo su poder y el tercer set es lo mejor que ha hecho en el torneo. Schwartzman sabe como vencerlo; no obstante, el español va por una gloría que no piensa dejar escapar.
El serbio se mide a un fuerte Tsitsipas
La otra semifinal la protagonizarán Djokovic y Tsitsipas, pero al igual que la primera tiene tintes de que será épica. Aunque será la primera vez que ambos se enfrenten en un Grand Slam, este duelo permitirá saldar viejas cuentas pendientes que por ahora domina el serbio. La mente de los dos está puesta en al gran final, el problema está en que conocen de sobra la dura pared que tendrán que romper para avanzar hacia ella.
En el caso de Tsitsipas su recorrido ha ido de menos a más. Tras ese traspiés en el primer partido, en el que tuvo que remontar, su paso ha sido más que brillante. Este último duelo ante Rublev en cuartos es la prueba máxima de que ya está habituado a este torneo y que no quiere parar hasta llegar al título. Con sus golpes planos, fuertes y con esa agresividad para atacar tratará de derrumbar una de las mejores defensas del circuito como lo es la de Djokovic, algo que cree que con su calidad puede hacer.
Ante el griego aparece un serbio que ya sabe lo que es derrotarlo. Poco se puede agregar de la calidad de un jugador de la talla de Djokovic, que llega con un buen recorrido a esta semifinal, con solo ese set ante Pablo Carreño que le hizo tambalear, pero la asistencia médica y le hizo recuperar la compostura y le permitió llevarse el duelo. Ahora contra Tsitsipas serán esa capacidad defensiva que tiene y su revés con gran efecto las armas principales, eso y una que otra dejada buscarán meterlo en problemas. La mesa está servida y con dos platos muy fuertes que vendrán antes de ese gran postre del domingo ¡A disfrutar!