Por estos motivos nos encanta la comida basura

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Es salir a comer fuera y sentir una irresistible necesidad de comer comida basura. No estás solo, le pasa a todo el mundo. También sueles tener la sensación de que comer este tipo de basura es cometer un pecado, eso es por la educación que nos han dado de pequeños y que se nos interioriza durante el resto de nuestros días. Pero es que la comida basura, a pesar de ser poco nutritiva e incluso perjudicial, está muy rica.

Según algunos estudios científicos, incluso estamos relacionándonos con hamburguesas, pizzas y perritos desde que estamos en el vientre de nuestra madre. Así que cuando pensemos en esa obsesión por esta comida de baja calidad, vamos a rememorarnos a la infancia, a nuestros recuerdos y a todas las sensaciones que sentimos al entrar en el restaurante, oler los aromas. Lo que sentimos cuando le damos un bocado a ese trozo de comida que tiene las mismas calorías que le cuerpo humano necesita durante todo un día.

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Sabores que nos estimulan

Cuando pensamos en una hamburguesa con el queso cheddar naranja derritiéndose se nos hace la boca agua. Este plato está lleno de potenciadores y aditivos que hacen que su sabor sea más potente que en la comida normal.

Además, suelen llevar azúcar, sal, glutamato, chile, cebolla o productos lácteos. Estos aditivos lo que hacen es estimular nuestras papilas gustativas “radicales”. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por un científico experto en materiales.

La comida basura nos apetece porque, según este científico “cuando comes este tipo de comida, las papilas gustativas se encienden. Hay una sinfonía de sabores en tu boca”. Y es que, si te fijas, esta comida suele llevar sabores dulces, salados, amargos y agrios. Esas son las papilas gustativas que tenemos en la boca y a las que estimulan.