Desciende un 34,7% la contratación de este sector de la población. La Fundación Adecco advierte del peligro de “cronificación de la exclusión social de los más vulnerables”.
Las consecuencias del estado de alarma derivado de la COVID-19 y la incierta “nueva normalidad” están desatando una emergencia sociolaboral sin precedentes. La economía española, en el umbral de la recesión, dispara la incertidumbre y deja en situación de extrema vulnerabilidad a las personas que tradicionalmente han encontrado más dificultades de acceso al mercado laboral: con discapacidad, mayores de 55 años desempleados de larga duración, mujeres con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género y otras personas en riesgo de exclusión social).
“Si no se acometen medidas urgentes, se desatará una hecatombe laboral que cronificará la exclusión social de los más vulnerables. El desplome del turismo anticipa un impacto de dimensiones desconocidas sobre el empleo, siendo un sector transversal que arrastra en su caída a otras áreas estratégicas como la hostelería, el transporte o el ocio, y que deja en una situación crítica a las personas que ya se encontraban en riesgo de exclusión antes de la pandemia. Frenar la destrucción de empleos y generar nuevas oportunidades laborales para ellos es la única llave para evitar la expansión de la pobreza y amortiguar los efectos de la crisis en el marco de la Agenda 2030”- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
En ese sentido, las personas con discapacidad son una de las fichas más vulnerables en el tablero del empleo y así lo avalan los principales indicadores laborales, según esta entidad.
“Queda patente la situación de desigualdad de la que parten las personas con discapacidad, que se ve agravada ante coyunturas difíciles como la que hoy atravesamos. No en vano, las consecuencias del coronavirus no se han hecho esperar y en el primer semestre del año se ha producido el primer descenso en la contratación de personas con discapacidad desde el año 2012”, indica Mesoreno.
Así, entre enero y junio han firmado 38.176 contratos, un 34,7% menos que en el mismo periodo de 2019. Esta caída es, además, superior a la registrada en la contratación de la población a nivel general, que ha sido del 33,6%.
¿Un punto de inflexión?
“Nos preocupa que la pandemia marque un punto de inflexión y se perpetúe esta tendencia negativa, produciéndose un retroceso en la igualdad de oportunidades y en la inclusión social y laboral que las personas con discapacidad habían ido alcanzando durante los últimos años. Ahora es el momento de ser consecuentes con la Agenda 2030 y no dejarles atrás en la superación de esta crisis, siendo el empleo la única alternativa”, añade el responsable de la Fundación Adecco.