Jesús Vázquez, Risto Mejide y otros famosos que fueron víctimas del bullying

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Desgraciadamente, el bullying sigue estando a la orden del día. Cada vez son más las escuelas y profesores que intentan concienciar a sus alumnos sobre la importancia de respetar a sus compañeros, de no dejarlos solos ni hacerlos sentir mal. Cada vez son más las acciones que luchar a favor de la empatía y en contra del acoso escolar, pero la situación continúa presente para miles de niños en el colegio, instituto e, incluso, en las clases extraescolares.

Muchos colegios de España ponen anualmente en sus manos campañas contra el acoso entre los más pequeños. Una de las últimas acciones ha sido crear «bancos de la amistad» donde los niños puedan acudir cuando se sientan solos, con el fin de que otros puedan ayudarle. Un pequeño paso para ponerse en la piel de los que más lo necesitan.

La televisión, en ocasiones, denuncia públicamente esta realidad. En la última entrega de «Idol Kids», Jesús Vázquez mostraba su emoción con uno de los concursantes: «El mulato», un niño de nueve años que entró al programa para mostrar a todos un rap, compuesto por él mismo, que denunciaba el acoso escolar. «Tienes talento, sabes rapear, eres un poeta… Y además hablas de temas que son muy importantes. Yo sufrí bullying cuando era niño y nunca tuve al lado a un amigo como tú que lo gritara a la gente y que me ayudara. Aunque yo ya soy mayor, te doy las gracias. Ojalá hubiera muchos niños como tú. Gracias, muchas gracias», expresaba Jesús al chico, que no dudó en darle un abrazo.

Además del presentador, son muchos los famosos que han afirmado haber sido víctimas del bullying en algún momento de su vida. Risto, Dani Mateo, Lady Gaga o Nerea Rodríguez son algunos de los rostros conocidos que han hablado, en algún momento de su carrera, acerca de las malas experiencias que pasaron cuando eran niños.

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Santiago Segura

El director de cine confesó a través de su Instagram que con 14 años tuvo que «torear» al bullying, junto a una imagen suya de carnet cuando tenía esa edad: «Gordo, con gafas, toreando el bullying como mejor podía, intentando reclutar amiguetes para que me ayudasen haciendo cortometrajes con mi tomavistas súper-8, estudiando siempre a última hora para aprobar asignaturas que no me interesaban, leyendo tebeos todo el rato», comenzaba a escribir.

Así, contaba como era con esa edad y que muchos de esos aspectos no han cambiado en absoluto: «Dibujando en cualquier espacio en blanco, incapacitado para cualquier tipo de actividad gimnástica, adicto a las sesiones de programa doble de cines de barrio, a los milhojas de Nata y crema, a la televisión y con un negocio de compra/venta/cambio de cómics en El rastro… así era yo«.