Hay lugares que, inexplicablemente nos dan esa sensación. La de que no puede ser cierto, que tiene que ser mentira lo que estamos viendo: demasiado bello, demasiado raro, demasiado inesperado. Lugares mágicos, al fin y al cabo, que no sabemos muy bien dónde ubicar. Hay cientos de ellos, tal vez miles, repartidos a lo largo y ancho del mundo. Ojalá poder conocerlos todos.
El tema da para mucho. En el año 2013, el periodista y editor Sergio Parra (Barcelona, 1978), publicó el libro “300 lugares de verdad que parecen de mentira”. Un extrañísimo viaje por el globo recabando en esos enclaves que se nos antojan como una fantasía.
“Así que bienvenido a las topologías del ensueño, en las que perseguiremos geodesias míticas (…), como trashumantes espirituales adictos al jet lag, cruzando husos horarios como se cruzan planos dimensionales, enredando las coordenadas y abcisas y rompiendo la brújula, el sextante y el compás, dispuestos a que un tipo raro, en algún lugar remoto o a la vuelta de la esquina, nos salude: Namasté.”, escribe Parra en la introducción. Estos son algunos de esos lugares, y otros que hemos encontrado.
5Islas Marietas (México)
Existe un rincón en el Océano Pacífico que tiene una playa única en su tipo, pues se esconde debajo del orificio de un cráter en las Islas Marietas. Se trata de dos ínsulas (Isla Larga e Isla Redonda) y dos islotes, todos deshabitados. Debido a su naturaleza volcánica, su relieve es variado: se pueden observar cuevas, pasadizos subacuáticos y aberturas en la superficie.
Uno de los huecos que decoran la superficie de la Isla Redonda parece una pintura surrealista. Debajo de él se encuentra Playa Escondida o la Playa del Amor, como se le conoce coloquialmente. Únicamente se puede llegar a ella a bordo de una lancha, y una vez en el sitio hay que nadar a través de un túnel para salir del lado de la arena.