Hay lugares que, inexplicablemente nos dan esa sensación. La de que no puede ser cierto, que tiene que ser mentira lo que estamos viendo: demasiado bello, demasiado raro, demasiado inesperado. Lugares mágicos, al fin y al cabo, que no sabemos muy bien dónde ubicar. Hay cientos de ellos, tal vez miles, repartidos a lo largo y ancho del mundo. Ojalá poder conocerlos todos.
El tema da para mucho. En el año 2013, el periodista y editor Sergio Parra (Barcelona, 1978), publicó el libro “300 lugares de verdad que parecen de mentira”. Un extrañísimo viaje por el globo recabando en esos enclaves que se nos antojan como una fantasía.
“Así que bienvenido a las topologías del ensueño, en las que perseguiremos geodesias míticas (…), como trashumantes espirituales adictos al jet lag, cruzando husos horarios como se cruzan planos dimensionales, enredando las coordenadas y abcisas y rompiendo la brújula, el sextante y el compás, dispuestos a que un tipo raro, en algún lugar remoto o a la vuelta de la esquina, nos salude: Namasté.”, escribe Parra en la introducción. Estos son algunos de esos lugares, y otros que hemos encontrado.
4Playa Roja (China)
La Playa Roja o la “Red Sea beach”, al noroeste de China, es uno de los parajes más insólitos y bellos del mundo. Su vegetación de color rojo crea un manto totalmente curioso que parece a lo lejos agua de este tono. Un enclave ciertamente impactante.
Esto es debido a las algas que crecen allí, totalmente autóctonas, se benefician de la humedad, oscureciendo a medida que pasa el tiempo. Mientras que en abril, por ejemplo, su tonalidad es mucho más clarita, será en verano cuando lo podremos ver totalmente de color rojo intenso.
Se han construido una serie de pasarelas de madera que te permiten disfrutar de este manto de color que sin duda, es único en el mundo. Este lugar forma parte de la reserva natural de Hekou Shuangtai de unas 600.000 hectáreas, y es un punto clave para las aves migratorias por lo que cualquier tipo de actividad humana está prohibida, incluido el baño.