Un nuevo estudio muestra que el uso de la mascarilla no afecta a los indicadores de rendimiento cognitivo cuando los usuarios están descansando o realizando trabajos físicos moderados en entornos calurosos. Sin embargo, el uso de una mascarilla sí dificulta la respiración cuando se realiza un trabajo físico moderado en un ambiente caluroso. El estudio está dirigido por investigadores del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deportes de la Universidad de Copenhague en colaboración con el consorcio de investigación europeo ‘HEAT-SHIELD’.
Las mascarillas son obligatorias por ley en muchos países y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir la propagación del virus del COVID-19. Sin embargo, tanto los expertos en la materia como los ciudadanos han expresado su preocupación por el hecho de que trabajar con una mascarilla puede agravar el estrés por calor, las molestias térmicas y aumentar la sensación de falta de aliento (disnea), lo que a la larga podría perjudicar la función cognitiva, la concentración y poner en peligro la seguridad en el trabajo.
Ahora un estudio muestra que el uso de la mascarilla tiene menos consecuencias en los indicadores de rendimiento cognitivo de lo que se esperaba, cuando los usuarios están descansando o realizando un trabajo físico moderado con ropa de trabajo normal en ambientes calurosos. Esta batería de pruebas cognitivas consistía en cuatro tareas diferentes de matemáticas y de motricidad fina que se realizaban en un orden aleatorio en un ordenador.
Durante las pruebas, la temperatura corporal y la incomodidad térmica aumentaron en ambos ensayos, pero no en mayor grado mientras se usaba una mascarilla. Sin embargo, el estudio también demostró que el uso de una mascarilla facial dificulta la respiración cuando se realiza un trabajo físico moderado en un ambiente caluroso.
«Utilizamos un montaje experimental que imita las tareas realizadas en muchas ocupaciones y un protocolo utilizado anteriormente para explorar cómo el estrés por calor y la deshidratación perjudican notablemente el rendimiento en las tareas que dependen de la capacidad de concentración y la realización de tareas motoras-cognitivas complejas. Aunque la exposición prolongada con mascarillas mientras se usaba ropa de trabajo normal en un entorno de estrés térmico elevó la incomodidad térmica en ambos ensayos, no redujo las puntuaciones en ninguna de las tareas motrices-cognitivas que los participantes completaron. De hecho, la única medida que empeoró por el uso de la mascarilla fue la sensación de falta de aliento», explica el líder del estudio, Lars Nybo.
Por lo tanto, los investigadores concluyen que las mascarillas no perjudican directamente la concentración ni los indicadores de rendimiento cognitivo, pero pueden restringir el trabajo físicamente exigente cuando la restricción de la respiración se convierte en un problema.
Ocho varones sanos y activos, de 27 a 41 años, participaron en el estudio. En dos ocasiones diferentes, una con mascarilla y otra con la cara descubierta, los participantes se sentaron en una cámara climática regulada a 40°C y 20% de humedad durante 30 min para acostumbrarse a las condiciones de la prueba. Después de lo cual se ejercitaron durante 45 minutos a una intensidad que simula las ocupaciones con trabajo manual.
Las mediciones fisiológicas, perceptivas (confort térmico y disnea) y motoras-cognitivas (consistentes en cuatro tareas informáticas diferentes basadas en la habilidad matemática y la precisión de la motricidad fina) se tomaron inmediatamente antes y después del ejercicio.