El análisis de los datos de movilidad extraídos de teléfonos celulares indica que la fecha en que las personas comenzaron a mantener distancia social es el mejor dato para predecir la mortalidad por Covid-19, según un estudio israelí de la Universidad de Tel Aviv.
El trabajo ha analizado los datos de movilidad de teléfonos móviles de varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los ha cruzado con cifras de mortalidad por coronavirus concluye que la fecha en la que las personas comenzaron a mantener la distancia social obligatoria es el mejor predictor de mortandad por el virus. Más efectivo que la fecha en que se comenzó el confinamiento.
«Los datos de movilidad indican que un confinamiento hermético, en el que todo el mundo debe quedarse en casa, es innecesario. En cambio, las medidas de distanciamiento social deben ser aplicadas lo antes posible», señalaron los científicos Tal Pupko e Itay Mayrose, que lideran el estudio, en un comunicado.
«Hemos demostrado que los países con niveles de mortandad más bajos en la primera ola de COVID-19 no fueron los que impusieron confinamientos más herméticos, sino que fueron los que la movilidad decreció (aunque fuera poco) en un estadio más temprano», especificaron.
Un retraso de 7.49 días en la implementación de medidas de distanciamiento social llega a suponer el doble de la mortalidad, según su estudio que, sin embargo, asegura que no hay correlación estadística entre la dureza y duración de un confinamiento y el número de fallecidos por COVID-19.
El estudio recoge datos de movilidad de teléfonos móviles de los distintos países en un solo día, que se fueron extrapolados y normalizados para el tamaño de la población y los patrones de movilidad cotidianos. Así, se obtuvo un indicador de movilidad para cada país en época normal, teniendo en cuenta que en los meses de invierno, por ejemplo, la movilidad es menor en Suecia, donde la gente sale menos por el fío, que en Israel en la misma época (donde el clima es más cálido), y se comparó luego con la movilidad a partir de marzo, que muestra una reducción de movimientos generalizada, aunque varía de un país a otro. Y esas varaciones tuvieron que ver con las medidas que se tomaron, de distanciamiento social, como en Suecia, o de confinamiento, como en España e Israel.
Los investigadores decían en su estudio que esperaban ver menos casos de muerte por coronavirus en países con confinamientos más estrictos, pero los datos mostraron que no es así. Esto indica que Israel podía haber llegado al mismo índice de mortalidad con un confinamiento menos letal desde el punto de vista económico y social. El estudio concluye que las autoridades deberían concentrarse en prevenir los contactos y conseguir que la población cumpla con las regulaciones de distanciamiento.