El intento de asesinato de Josep María Mainat por parte de su exmujer, Ángela Dobrowolski, se ha convertido sin lugar a dudas en el culebrón del otoño. Y lo que nos queda, porque día a día vamos conociendo nuevos capítulos que parecen sacados de la pluma del mejor guionista de telenovelas venezolanas.
Si en un primer momento conocimos el truculento suceso y que la alemana estaba en libertad con cargos mientras el juez investigaba este intento de asesinato, pronto entraron en acción Gabriel – un scort que supuestamente tendría algo más que amistad con Ángela – y la novia de éste, Alina, que no dudaba en relatar con todo lujo de detalles ante las cámaras que en la vivienda de Mainat estaban viviendo no sólo ellos, sino 20 personas más.
Juicios entre Alina y Gabriel, enfrentamientos con la prensa… y muchos, muchos movimientos extraños, en la residencia del productor catalán, que por orden judicial Ángela debía haber abandonado el pasado lunes. Sin embargo, no ha sido así y la alemana continúa atrincherada en la mansión de su exmarido, que se niega a abandonar.
Además, para más inri, se conocía que Dobrowolski habría ofrecido en internet las habitaciones de la casa del exmiembro de La Trinca en una conocida web de encuentros íntimos. Para conseguir dinero, la alemana no habría dudado en alquilar las estancias de la lujosa casa a scorts para mantener en ellas sus citas sexuales.
Mainat, que hasta ahora se ha mantenido en silencio, ha emitido un comunicado para hablar de lo dolorosa que le resulta esta surrealista situación con la que fue su mujer durante 9 años y madre de sus dos hijos pequeños, y ha pedido respeto por su intimidad y la de los menores, puesto que el asunto está judicializado.
Mientras, Ángela continúa con su extraña rutina recibiendo a amigos, o conocidos, en la casa del productor, que se niega a abandonar. Además de un repartidor de Amazon que ha llegado con paquetes y al que no le han abierto la puerta pese a llamar en repetidas ocasiones, hemos visto a una misteriosa mujer abandonando la mansión a toda velocidad en un patinete eléctrico.
Ya por la tarde, la residencia de Mainat se convertía en un continuo ajetreo de entradas y salidas de varias personas desconocidas, que de muy malas maneras entraron y salieron del domicilio sin querer hacer declaraciones y subidos a un patinete eléctrico o monopatín, con el que a punto estuvieron de atropellar a los reporteros que, apostados a las puertas, intentan conseguir alguna imagen o declaración de la protagonista del culebrón, Ángela Dobrowolski.