Hay que reconocer que, si no lo hacemos así, es por pereza. ¿Cómo se despiezará?, ¿me llevará mucho trabajo? Eso y la inercia. Al final, entonces, nos compramos los pollos ya trozeados, en muslos o como sea, y acabamos gastando más dinero del que deberíamos. Y es hora de cambiar esa costumbre.
Supongo que en más de una ocasión os ha llamado la atención en el supermercado que una bandeja con un par de pechugas de pollo cuesta lo mismo, o a veces incluso más, que un pollo entero viniendo ambos de la misma granja. Y pese a todo picamos. Incluso si somos pocos en casa, podemos ahorrar comprando un pollo entero, consumiendo lo que vayamos a necesitar y congelando el resto para futuras preparaciones. Toma nota.
7Con la ayuda del congelador
Todas las piezas del pollo son susceptibles de congelar y consumir más adelante. Puedes congelar las pechugas y las carcasas, y comerte de primeras los muslos. Las alitas, aunque se pueden congelar, son más latosas, pues hay que congelar cada una por separado.
Las carcasas de pollo pueden utilizarse sin necesidad de descongelar previamente. Esto las vuelve sumamente útiles para cualquier apuro. ¡Todo ventajas esto de comprar un pollo entero!