La Dextrosa es la manera más sencilla de denominar la D-glucosa, se trata de un monosacárido que tiene una forma química C6 h22 O6 y que aporta 4 kilocalorías por gramo. La dextrosa tiene una buena solubilidad y un poder edulcorante un 70% menor que el de la sacarosa. Es decir, la dextrosa es un azúcar simple.
La dextrosa se emplea en la cocina, especialmente en la elaboración de productos procesados pero también tiene usos medicinales y deportivos tal como veremos a lo largo de este artículo.
La dextrosa es imprescindible para nuestro organismo
La dextrosa es un elemento indispensable para nuestro organismo, se encarga de nutrir nuestras células que son capaces de transformar los azúcares en energía. Pero al tratarse de un azúcar simple, su consumo excesivo puede llegar acarrear problemas de salud, especialmente en personas con problemas de diabetes.
La glucosa que procede de los azúcares es una de las principales fuentes de energía para nuestras células. La glucosa se almacena en el hígado en forma de glucógeno y también en los músculos para ser utilizada como fuente de energía cuando se realiza un ejercicio intenso o las situaciones de ayuno.
La dextrosa se absorbe y se digiere muy rápidamente por eso proporciona energía de forma muy rápida.
Cómo se usa la dextrosa en la industria alimentaria
Podemos encontrar la dextrosa de manera natural en diferentes alimentos como la miel, la fruta, los cereales y los almidones, el arroz, las patatas, el maíz, etcétera. Suele ir asociada a otros monosacáridos como la fructosa u otras moléculas de glucosa formando sacarosa o el almidón.
Para utilizarlo en la industria lo que se hace es refinarlo, extrayéndolo sobre todo del maíz. La dextrosa se emplea como edulcorante en productos como galletas, jarabes y bollería industrial. Pero también puede servir para aportar textura a los helados, como conservante y como activador del sabor, por ejemplo, en los embutidos.
La dextrosa es pues un aditivo no muy saludable si atendemos a los criterios de la Organización Mundial de la Salud, entre cuyas recomendaciones está no consumir más de 20 o 25 gramos al día de este tipo de azúcares, lo que representa un 5% de las calorías de la dieta.
Para qué utilizan la dextrosa los deportistas
Entre los deportistas profesionales es habitual utilizar la dextrosa, especialmente en los deportes de alta intensidad y en los culturistas, ya que se emplea como agente regenerador de los músculos, los tendones y los ligamentos. A través de la dextrosa se proporciona una energía de forma rápida a los músculos. De este modo se evita que se agote la glucosa en los músculos y en el hígado y que se produzcan fatigas o hipoglucemias. La dextrosa se suele añadir a los productos como bebidas energéticas deportivas y también a los sueros intravenosos.
La dextrosa debe tomarse inmediatamente después de hacer ejercicio , con el objetivo de reponer los depósitos musculares y hepáticos de glucógeno, restablecer los niveles de proteína y promover el crecimiento del músculo. Debemos tener presente que el cerebro prácticamente se alimenta solo de glucosa y que su falta puede llevar a padecer síntomas como náuseas, palpitaciones, palidez, confusión, mareos o incluso la pérdida de conciencia.
Cómo la toman los deportistas
El aporte de dextrosa puede retrasar la fatiga y es muy útil para mantener el nivel de actividad física, mejorando el rendimiento deportivo. Su consumo se recomienda especialmente cuando se practican deportes intensos con un periodo de duración superior a una hora. Por lo general, se recomienda que en actividades de más de una hora de duración se suministre entre 30 y 60 gramos de glucosa por hora.
Como hemos dicho consumir inmediatamente después de terminar de hacer ejercicio ayuda a reponer los depósitos musculares y hepáticos de glucógeno que consiguen agotarse tras la práctica de 90 o 120 minutos de ejercicio intenso.
Por supuesto, se trata de un suplemento deportivo que es muy accesible pero no se recomienda su uso sin seguir una supervisión médica para evitar los posibles efectos secundarios.
Nunca se recomienda consumirla antes del entrenamiento, ya que al tener una digestión muy rápida provoca un pico de glucosa en poco tiempo con lo cual puede provocar una hipoglucemia en medio de la actividad.
Cómo tomar la dextrosa
El mejor modo de tomar la dextrosa es combinarla con una fuente de proteínas de rápida absorción como por ejemplo el suero.
De hecho, debemos recordar que todos los nutrientes acceden a las células solo en presencia de glucosa. Un modo de tomarla es unirla a la maltodextrina, que es un carbohidrato complejo, ya que entre las dos pueden favorecer una digestión más eficiente e ininterrumpida.
Cómo se usa la dextrosa como medicamento
La dextrosa se utiliza en forma de inyección como medicamento para restaurar de manera rápida los niveles de azúcar o de electrolitos en la sangre.
Puede ser necesaria en caso de sufrir deshidrataciones severas, hipoglucemias o shock insulínico y, a veces, como consecuencia de cuadros febriles. Incluso puede ser útil para pacientes que necesiten algún tipo de apoyo nutricional.
Qué peligros entraña el consumo de dextrosa
La dextrosa es la sustancia con índice glucémico de 100 x 100, es decir, el más alto que existe. Se absorbe rápidamente en el intestino, con lo cual sube muy rápido los niveles de azúcar en sangre. Esto la convierte en peligrosa para la diabetes. Tampoco se considera adecuada para las personas que tengan problemas en los riñones o en el hígado o para aquellas que tengan alergias severas, problemas respiratorios o que reciban transfusiones de sangre de manera habitual.
Incluso para las personas sanas, si su dosis es muy alta o se toma muy deprisa, la dextrosa puede provocar vómitos, molestias estomacales o mareos.
A largo plazo, el consumo de la dextrosa, como el de cualquiera de los azúcares simples, puede tener consecuencias importantes y negativas para la salud. Entre ellas la adicción, la obesidad, el desarrollo de diabetes de tipo 2, problemas cardiovasculares, lesiones cerebrales e incluso puede aumentar la posibilidad de padecer algún tipo de cáncer.
Es importante que empecemos a considerar la lectura de las etiquetas de los alimentos y que procuremos evitar aquellos que contengan este tipo de azúcares como aditivo.