El camino ha sido largo, pero Rafael Nadal ha dado todos los pasos para vislumbrar la cumbre del Everest que representa ganar una vez más el Roland Garros. Este no solo sería el Grand Slam número 20 que obtiene, también sería el torneo parisino número 13 que ganaría. El español está en su elemento cada vez que visita la capital francesa, porque en tierra batida se siente como en casa; no obstante, en esta edición todavía le quedan algunos obstáculos por pasar antes de llegar a la meta.
Si bien el balear ha ido superando a sus rivales con una facilidad pasmosa, más aún tras no haber competido desde marzo y solo jugar en Roma. Pero ahora tocarán los huesos más duros de roer, porque los cuartos de final comienzan y algunos de los elementos habituales han cambiado. Todo luce más complicado, aunque Nadal no parece que se vaya a rendir estando tan cerca.
1Sinner será el primer escollo de Nadal
Los cuartos de final son el siguiente nivel que tratará de superar el español, que por más que se encuentre en el Roland Garros, sabe lo difícil que será y Jannik Sinner tratará de dificultarle más las cosas. A pesar de que su rival representa plenamente a esa nueva generación que viene pujando fuerte en el tenis, más porque nació en 2001, tiene la calidad suficiente para plantarle cara en buen partido. Sinner ya ha demostrado su buen potencial y deshacerse de Alexander Zverev en octavos es prueba de ello. Su buen juego de pie, su estilo de golpeo fuerte y la resistencia que tiene para mantener largos intercambios de golpes lo hacen un rival peligroso.