El Museo Bellas Artes de Bilbao inaugurará este miércoles al público una exposición que rinde homenaje al empresario Félix Fernández-Valdés Izaguirre (Bilbao, 1895-1976) con un recorrido por su colección privada, compuesta por más de 400 obras. La muestra, titulada «Obras Maestras de la Colección Valdés», reúne 79 obras que abarcan desde el Gótico hasta el siglo XX e incluye a artistas como El Greco, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Anton van Dyck, Francisco de Goya, Mariano Fortuny, Darío de Regoyos, Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, Julio Romero de Torres, Vázquez Díaz, Robert Delaunay o Agustín Ibarrola, entre otros.
La presentación ha tenido lugar este martes en la sala BBK del museo, en un acto previo a su inauguración, en el que han tomado parte el director del museo, Miguel Zugaza, el director general de BBK, Gorka Martínez, entidad patrocinadora de la muestra, y el nieto de Félix Fernández-Valdés, Jaime Fernández-Valdés Zubiría.
Junto a ellos, han comparecido los dos comisarios que se han encargado de la selección y reconstrucción de los pasos seguidos por la colección privada en el tiempo, la jefa de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado hasta 2017, María Pilar Silva Maroto, y el coordinador de Conservación e Investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Novo González.
Zugaza, que ha calificado la exposición como «uno de los acontecimientos del año», ha destacado que se trata de un homenaje a este industrial que, en su momento, reunió en su casa privada de la Gran Vía de Bilbao, donde contaba con hasta capilla propia, una extensa colección de obras maestras y que, tras su fallecimiento, se fueron dispersando para formar parte de otras colecciones e instituciones relevantes.
La muestra es el resultado de una «exhaustiva investigación» para conocer el destino de las piezas y el recorrido planteado permitirá contemplar algunas obras inéditas, no expuestas antes en público, o poco conocidas, lo que pone de manifiesto «tanto la calidad del conjunto como el acierto coleccionista del industrial bilbaíno» de la que está considerada «una de las mejores colecciones de arte de su tiempo», ha reseñado.
«Obras Maestras de la Colección Valdés» permanecerá abierta hasta el 1 de febrero de 2021 en la sala BBK y bajo el patrocinio de la propia BBK. La selección traza una «extensa cronología del Gótico al siglo XX, que incluye a artistas como El Greco, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Anton van Dyck, Juan de Valdés Leal, Francisco de Goya, Eduardo Rosales, Raimundo de Madrazo, Mariano Fortuny, Darío de Regoyos, Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana, Julio Romero de Torres, Daniel Vázquez Díaz, Robert Delaunay, Aurelio Arteta o Agustín Ibarrola.
Se trata, fundamentalmente, de pinturas, aunque también se ha podido contar para su exhibición con «ejemplos magistrales de escultura, como las dos tallas barrocas de Pedro de Mena, que hasta ahora se creían perdidas», el ‘Ecce Homo’ y la ‘Dolorosa’, y otros dos bellos paneles clasicistas en mármol de Mariano Benlliure. Entre las 400 piezas de la colección, el industrial bilbaíno también atesoraba, además de pinturas y esculturas, platería, tapices, mobiliario y otras piezas de artes decorativas.
UN ‘GOYA’ EXCEPCIONAL
De especial relevancia, por su trascendencia, es el préstamo «excepcional», por parte del Museo del Prado, de «La marquesa de Santa Cruz» (1805), de Francisco de Goya, que ya se exhibió en el Bellas Artes en 2008 formando parte de las celebraciones del centenario del museo.
«La marquesa de Santa Cruz» es la obra más relevante de la colección por «su extraordinaria calidad» y por la intrincada historia de su procedencia. La investigación llevada a cabo ha desvelado que Félix Valdés adquirió el retrato en 1947 por un millón y medio de pesetas al gobierno de Francisco Franco, que en 1941 había comprado el cuadro, y había organizado una operación para regalarlo a Hitler, que finalmente no fue llevada a cabo.
Zugaza ha destacado que el propio Museo Bellas Artes de Bilbao conserva obras destacadas directamente procedentes de la colección Valdés. Se trata, en concreto, de siete pinturas firmadas por Andries Daniels y Frans Franken el Joven, Juan Carreño de Miranda, Anton van Dyck, Leornardo Alenza, Vicente López, José Gutiérrez Solana o Robert Delaunay, y que también forman parte de la exposición.
En el origen de esta muestra está el hecho de que el coleccionismo particular ha tenido «un papel esencial» en la historia y el desarrollo del Museo de Bellas Artes de Bilbao, por lo que esta exposición «rinde homenaje a esta práctica cultural, al tiempo que reconstruye una de las colecciones particulares más importantes de la segunda mitad del pasado siglo».
LABOR DE RECONSTRUCCIÓN
Los comisarios de la muestra, María Pilar Silva Maroto y Javier Novo González, han llevado a cabo una exhaustiva investigación que ha quedado plasmada en el catálogo que acompaña la exposición y que ha sido definida como una «auténtica aportación historiográfica sobre el coleccionismo español».
El reto de poner en pie la muestra para poder recomponer la colección ha sido localizar, en primer lugar, las obras, en ocasiones inéditas y conocidas solo por menciones en el inventario ‘post mortem’ o por antiguas fotografías.
Por otra parte, los comisarios han tenido que «desentrañar» los criterios de Valdés, su forma de coleccionar y conocer también por quién fue asesorado, aspectos estos que constituyen «una valiosa aportación a la historia del coleccionismo español» de obras de arte, que ha quedado recogida en los textos de los comisarios que se incluyen en el catálogo editado con motivo de la exposición.
En su labor investigadora, también han tenido que sortear diversos obstáculos. El primero de ellos, el carácter «discreto» que, en su momento y aún hoy en día, exige la labor coleccionista, y que fue «especialmente reservado» en el caso de Félix Fernández-Valdés.
Valdés comenzó a coleccionar a finales de los años treinta, aunque la mayor parte de las adquisiciones se produjeron durante los años cuarenta y cincuenta, una época convulsa, pero de gran prosperidad para el empresario bilbaíno –que tuvo negocios de importación de madera, aceite de palma y cacao en la Guinea española hasta su independencia en 1968–, que supo encontrar obras procedentes de otras colecciones nobiliarias o de conventos e iglesias en fase de dispersión.
La colección se alojaba en el número 15 de la Gran Vía de Bilbao, donde Valdés vivió desde 1920 hasta su fallecimiento. Gracias a la exposición, se han encontrado fotografías hasta ahora inéditas que muestran distintas estancias de esta auténtica museografía doméstica. Se sabe, por ejemplo, que en el salón colgaban obras de El Greco, Zurbarán, Valdés Leal y Murillo.
En la capilla dispuso, entre otras, las dos tallas policromadas de Pedro de Mena y el Van Dyck del museo de Bilbao, mientras que en su dormitorio podía contemplar pinturas de Zurbarán, Ribera y Morales. A su muerte en 1976, las obras pasaron a sus numerosos herederos y se fueron dispersando para formar parte de otras colecciones particulares e instituciones públicas.
Las obras proceden, en su mayor parte, de los herederos de Félix Fernández-Valdés, pero también de otras colecciones privadas -Abelló, Arango, Botí o Villar-Mir, entre otras- o públicas como el propio Bellas Artes de Bilbao, el Museo Nacional del Prado, los Museos de Bellas Artes de Asturias y de Valencia y el Museu Nacional d’Art de Catalunya.