La reunificación de deudas provoca que el consumidor acabe pagando hasta siete veces más de intereses, dado que la deuda final generada por esta operación llega a encarecerse hasta en un 746%, según un estudio realizado por Asufin.
La reunificación de deuda es una operación financiera que supone saldar todos los préstamos a cambio de generar uno nuevo, a través de un nuevo crédito o hipoteca, que amplía en plazo de amortización y tipos de interés los anteriores.
Asufin ha advertido de que hay que extremar las precauciones con respecto a este tipo de productos, ya que el efecto inicial que se persigue de aminorar los costes de la deuda resulta un espejismo si no se tiene en cuenta que el tipo de interés final y el aumento de plazo la encarece mucho más.
Para el estudio, que ha sido elaborado con la técnica del ‘mistery shopping’, la asociación planteó a una serie de firmas independientes una rebaja de la cuota mensual de una familia que ingresa 3.200 euros al mes y tiene gastos que suman 2.210 euros.
La media de rebaja obtenida es de 511 euros, lo que supone alrededor del 77% (en el caso de Deudafix, del 80%). A cambio, la deuda inicial de la que se partía, previa a la reunificación, de cerca de 137.000 euros, pasa a ser de más de unos 161.500 euros, en el mejor de los casos y 252.700, en el peor escenario. Es decir, supone un incremento de la deuda que va desde un 18% (24.500 euros), hasta un 84% (+115.700 euros).
En cuanto al plazo, los préstamos base no superaban en 10 años su vencimiento (incluida una hipoteca que finalizaría en siete años y medio). Una vez completada la reunificación, se contraería una nueva deuda en forma de hipoteca de entre 30 y 40 años de plazo de amortización.
«Antes de acometer una operación de estas características, no solo hay que mirar la cuota mensual, sino el incremento del tipo de interés y el aumento de plazo», ha avisado la presidenta de Asufin, Patricia Suárez.
Por otro lado, Asufin ha añadido que hay un 22% de los consumidores que acude a firmas independientes que ejercen de intermediarias que no están supervisadas por los reguladores, siendo las tarjetas de crédito (más de un 89% de los casos) el producto que más reunificaciones aglutina, seguido de los préstamos personales y de la hipoteca.