Los Rodríguez han presentado este lunes su biografía ‘Sol y sombra’, cuando se cumplen 30 años de la llegada del cantante argentino Andrés Calamaro a Madrid para formar un grupo con Ariel Rot, Julián Infante y Germán Vilella.
Durante la presentación de la biografía en la sede de la SGAE, Andrés Calamaro ha asegurado que ‘Sin documentos’, el tercer álbum de Los Rodríguez, «fue un disco que cambió muchas cosas».
«De ahí en adelante, como decía Janis Joplin, hicimos el amor con 25.000 personas y volvimos solos a casa», ha señalado Calamaro, bromeando con que no podían volver solos a casa porque vivían juntos en Chamberí (Madrid).
Para el artista argentino, el año 2000 hubiera sido un buen momento para recuperar a Los Rodríguez, pero falleció Julián Infante. «Para mí personalmente reunirnos en el 2000 habría sido una auténtica salvación. Era un periodo en el que me hubiera hecho muy bien», ha dicho.
En este punto, ha subrayado que si hubieran seguido con Los Rodríguez se habrían puesto «más serios» con el ritmo. Así, ha precisado que la parte rítmica «era importante» para el grupo. «Fuimos tequila reposado», ha bromeado.
Calamaro ha lamentado que, durante los seis años que estuvo activa la banda, «no se dieron las condiciones para poder hacer giras por toda Latinoamérica». «Hubiéramos gustado muchísimo en Colombia, México o Perú. Afortunadamente pudimos tocar en Argentina, de locales», ha añadido.
TABLADA, EL LUGAR «IDEAL» PARA «EMPEZAR DE CERO»
Al ser preguntado por cuál sería el lugar idóneo para juntar a los tres miembros del grupo, el cantante argentino ha respondido que sería volver a Tablada, el local en el madrileño barrio de Tetuán en el que empezaron a ensayar.
«Sería ideal empezar de cero en Tablada, sería un buen destino. Ahora mismo los discos se graban en casa, ni siquiera son discos, es complicadísimo acceder a un local de ensayo», ha explicado.
En la misma línea, Calamaro ha destacado que «tendrían que bautizar la estación de Tetuán como estación Tablada 25». «El año pasado volví a ensayar en Tablada, ahora debe ser un barrio de colectividades, pero en aquel momento era un barrio muy madrileño. Podrían trasladar los locales de ensayo a la SGAE y dejar tablada como un museo», ha propuesto.
Sobre el inicio de la banda, ha explicado que, a pesar de tener una vida organizada en Buenos Aires, se encontraba en disposición de «renunciar a todo y volver a nacer en Madrid, casi con 30 años», porque Ariel Rot tiene «una visión musical.
«Teníamos casi 30 años y empezamos un grupo de cero en esa época tan bonita en Madrid. Empezamos sin ninguna canción. No sabíamos qué iba a ser de los 90, pero los años 70 y 80 fueron para nosotros nuestra adolescencia y los años en los que empezamos a ser músicos», ha recordado.
En este sentido, Calamaro ha resaltado que tenían «muchísimo respeto» por el cantante Rosendo y por su generación. «Existía una leyenda urbana sobre sus habilidades extraordinarias de hacer música. Decían que podía hacer la melodía de la Marsellesa con el culo, pero nunca me lo confirmó», ha bromeado.
Por otro lado, el artista ha señalado que fue «bonito» poder tocar en la cárcel de Carabanchel (Madrid). «Para mí fue bonito tocar en la cárcel, es muy importante el gesto de decirle a los carcelarios aquí estamos, me acuerdo de vosotros. He ido a la cárcel a visitar amigos, no me olvido de ninguno», ha manifestado.
La biografía de Los Rodríguez ‘Sol y Sombra’, de los críticos musicales Kike Babas y Kike Turrón, recorre la historia del grupo a través de 320 páginas a todo color, con más de 275 fotográficas y casi un centenar de voces compañeras coetáneas de la banda.
CALAMARO, «FUNDAMENTAL» PARA FORMAR EL GRUPO
Durante su intervención, Ariel Rot ha afirmado que para formar la banda «era fundamental» contar con Andrés Calamaro, con el que llevaba unos años tocando en Buenos Aires. «Éramos muy colegas, habíamos hecho varios proyectos, se había establecido una alianza musical muy poderosa. Fue la única condición que le puse a Julián, que el cantante era Andrés», ha sentenciado.
En referencia a su local de ensayo, Rot ha indicado que Tablada «se convirtió como un lugar casi místico» para Los Rodríguez «por todo lo que ocurría ahí». «Tablada sigue siendo para nosotros una especie de templo, algún día tendrá que ser un museo, tienen un material increíble», ha asegurado.
Sobre la trayectoria de Los Rodríguez, el artista ha señalado que fueron seis años «pero de mucha intensidad». «Vivimos lo que otros grupos no han vivido en diez años o nunca. Dejábamos de hablarnos durante dos horas por un acorde, seis años así es suficiente», ha comentado entre risas.
En su opinión, el rock latino «es Santana», por lo que ha destacado que «en ningún momento» el grupo tenía un concepto de ese género. «Las escalas melódicas latinas me venían de ahí. Tuvimos conga en una época, coqueteábamos con un montón de géneros y nos hicimos famosos con un tema que evocaba la rumba», ha manifestado.
En este contexto, el batería de Los Rodríguez, Germán Vilella, ha explicado que la industria cinematográfica del momento «se inventó» el término rock latino «para poder vender», pero, a su juicio, «fue un término comercial» que comenzó, «como mínimo», con Santana.
Por último, Vilella ha subrayado que, cuando el grupo se separó, «no fue una separación, fue un hasta luego». «Todavía estamos oficialmente juntos, nunca rompimos. Lo que pasa es que no está Julián», ha lamentado.