La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) lamenta el episodio violento que han padecido esta madrugada los profesionales del Punto de Atención Continuada del centro de salud de Santa Olalla (Toledo), una facultativa y una enfermera que han recibido amenazas por parte de varias personas, y alerta ante el aumento de este tipo de situaciones en la atención sanitaria presencial.
No en vano, en nota de prensa indica que el pasado domingo se producía una agresión física en el centro de salud de Santa María de Benquerencia (Toledo), que se suma a las producidas con anterioridad en el Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario de Albacete, en la atención a un parto en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo y en un consultorio médico de Novés (Toledo).
La Central Sindical mantiene que este tipo de episodios están aumentando como consecuencia de la tensión en la ciudadanía que está provocando la pandemia de coronavirus y la falta de recursos en la Atención Primaria y Atención Sanitaria.
La responsable del Sector de Sanidad de CSIF Toledo, Marisa García, señala que «la tensión está creciendo, y para hacer frente a ello hay pocos recursos humanos y poca o ninguna seguridad. Nuestros profesionales no pueden estar expuestos de esta forma. Están para cuidarnos y ayudarnos, por lo que hay que poner todos los recursos para que puedan trabajar con la seguridad que merecen».
Así, además de repercutir en el civismo y en la pedagogía social para resaltar el papel de los profesionales de ámbito sanitario, CSIF también reclama al Sescam que se redoble la vigilancia en aquellos centros de mayor conflictividad, algo que sólo puede realizarse con una inversión a través de la contratación de personal, incluso durante las 24 horas del día, así como de la implantación de otros recursos como la instalación del botón del pánico, cámaras de seguridad, adaptación del espacio de atención asistencial como recurso para prevenir agresiones y el establecimiento de la aplicación Alertcops.