Cómo hacer la bechamel de las croquetas y que salga suave

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El secreto de unas buenas croquetas, una rica lasaña o unos suaves canelones es la bechamel. Se puede usar para infinidad de platos, pero pocos son los que saben hacerla sin grumos y en su punto de textura. Es un componente que para todo tipo de platos italianos viene perfecto, ya que queda genial al gratinar. Los engrandece y les da un punto que encantará a todo el mundo.

Nosotros te vamos a enseñar a hacer una bechamel ideal para hacer las mejores croquetas del mundo. Una bechamel suave, bien cocinada que le vaya ideal a tus macarrones. Para eso vas a necesitar leche y harina, que son los ingredientes básicos para realizar una buena salsa. En las cantidades es donde está el secreto. Si queremos darle más o menos suavidad a nuestra bechamel, añadiremos más o menos harina, pero nunca sin pasarnos. La harina es la que se encarga de la fluidez del líquido.

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Seguir cociendo la bechamel

Ha hervido y hemos bajado el fuego, a partir de aquí la bechamel va a ir cogiendo cuerpo. Vamos a seguir removiendo, pero cada vez nos va a costar más por el espesado de la salsa. Durante dos minutos lo vamos a seguir cocinando y removiendo

Ya casi la tenemos lista para usar en la receta que queramos. Aquí veremos que, según la cantidad de harina que hayamos utilizado, la salsa quedará más espesa o menos espesa. Si la queremos para hacer unas croquetas, con unos 60 gramos de harina será suficiente. Si nos gustan unas croquetas más apelmazadas, podremos 70 gramos de harina. Si lo que queremos es una bechamel para poner encima de la pasta, quizás 50 gramos es lo que debemos echar.