Cómo hacer la bechamel de las croquetas y que salga suave

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El secreto de unas buenas croquetas, una rica lasaña o unos suaves canelones es la bechamel. Se puede usar para infinidad de platos, pero pocos son los que saben hacerla sin grumos y en su punto de textura. Es un componente que para todo tipo de platos italianos viene perfecto, ya que queda genial al gratinar. Los engrandece y les da un punto que encantará a todo el mundo.

Nosotros te vamos a enseñar a hacer una bechamel ideal para hacer las mejores croquetas del mundo. Una bechamel suave, bien cocinada que le vaya ideal a tus macarrones. Para eso vas a necesitar leche y harina, que son los ingredientes básicos para realizar una buena salsa. En las cantidades es donde está el secreto. Si queremos darle más o menos suavidad a nuestra bechamel, añadiremos más o menos harina, pero nunca sin pasarnos. La harina es la que se encarga de la fluidez del líquido.

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Añadir más leche poco a poco

A partir de aquí deberemos ir añadiendo la leche poquito a poco y removiendo. Hay que echar el libro de leche en 4 o 5 veces. Añadiremos un poco, removeremos hasta que deje de ser tan líquida y se fusionen la mezcla de harina con la leche y volveremos a echar leche.

Es importante que no pongamos toda la leche de golpe, porque no se hará bien la bechamel. También es imprescindible remover bien toda la mezcla para evitar que se queden grumos. Quizás se han podido quedar al principio al rehogar sola la harina, pero aquí podremos corregirlo.