Cómo hacer la bechamel de las croquetas y que salga suave

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El secreto de unas buenas croquetas, una rica lasaña o unos suaves canelones es la bechamel. Se puede usar para infinidad de platos, pero pocos son los que saben hacerla sin grumos y en su punto de textura. Es un componente que para todo tipo de platos italianos viene perfecto, ya que queda genial al gratinar. Los engrandece y les da un punto que encantará a todo el mundo.

Nosotros te vamos a enseñar a hacer una bechamel ideal para hacer las mejores croquetas del mundo. Una bechamel suave, bien cocinada que le vaya ideal a tus macarrones. Para eso vas a necesitar leche y harina, que son los ingredientes básicos para realizar una buena salsa. En las cantidades es donde está el secreto. Si queremos darle más o menos suavidad a nuestra bechamel, añadiremos más o menos harina, pero nunca sin pasarnos. La harina es la que se encarga de la fluidez del líquido.

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Añadir un poco de leche

bechamel leche

Aquí viene el paso más importante de esta receta de la realización de la bechamel. Con la harina bien cocinada empezaremos a añadir la leche. Pero es necesario que la harina esté hecha, ya que, si no, va a adquirir un sabor a crudo que también va a echar por tierra la bechamel. Pero tampoco deberemos dejar que se nos queme.

Añadiremos un poco de leche a la mezcla y empezaremos a remover fuerte para que ambos elementos se unan. No deberemos dejar que la harina se pegue y que se fusionen bien ambos elementos. El siguiente paso llega en cuanto veamos que la mezcla deja de ser tan líquida.