La Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria ha editado el catálogo de la exposición ‘Mar vertical 43°, 27’48″N/03°47’00″W’, una muestra que acogió el Museo Marítimo del Cantábrico entre el 31 de octubre de 2019 y el 5 de enero de este año.
Comisariada por Eva Guillermina Fernández, reunió los dibujos y creaciones de Rafael Leonardo Setién, las fotografías de Jesús Alberto Pérez Castaños, las piezas musicales de Pelayo Fernández Arrizabalaga y los textos de Fernando Abascal que ahora pueden disfrutarse en el catálogo.
Esta muestra y la edición de su correspondiente catálogo han sido patrocinados por la Dirección General de Acción Cultural del Gobierno de Cantabria.
La publicación incluye también las fotografías de la performance inaugural, realizada por Rafael L. Setién, acompañado por el saxofón de Fernández Arrizabalaga, que representó un cuadro de gran formato pintado con un pulpo impregnado de tinta, y que el autor ha donado al museo.
Asimismo, el catálogo se completa con los testimonios gráficos de todas las actividades relacionadas con la exposición que acogió el museo que dirige Gerardo García-Castrillo.
Mar vertical es un proyecto interdisciplinar de cuatro creadores que, sumergidos en las profundidades oceánicas a bordo de un batiscafo artístico, dan caza y muestran los monstruos que pueblan el subconsciente.
Rafael Leonardo Setién calafatea dibujos y esculturas con tintas extraídas de aguas inquietantes, como las negras, grises, verdes y ocres, entre otras, mientras Jesús Alberto Pérez Castaños construye un proyecto fotográfico a modo de bestiario marino habitado por extrañas criaturas y seres irreales que arrastran su existencia por una cartografía imposible de signos y sueños.
Para Pelayo Fernández Arrizabalaga, la iniciativa persigue buscar el silencio de las fosas marinas tratando de captar la música de lo profundo, y la obra de Fernando Abascal desciende con la palabra por los peldaños del agua hasta llegar al fondo. «En la reposada belleza de lo hundido la nostalgia de lo que fuimos nos arrastra a morder el sedal de lo oscuro».