Monitoras y ayudantes de cocina de comedores escolares de colegios públicos de Huesca se han concentrado este miércoles ante las puertas del Servicio Provincial de Educación para protestar por la situación que está viviendo con la pandemia.
Durante la concentración, se ha puesto de manifiesto la «confusión» y la «incertidumbre» generada en la vuelta a las aulas y su afección a las plantillas en cuanto a las condiciones laborales.
En este nuevo curso, la jornada continua obligatoria, debido a la pandemia, ha supuesto reducción importante del uso del comedor entre los escolares lo que ha repercutido directamente en una reducción significativa del personal.
A ello ha hecho alusión la portavoz del colectivo de monitoras en Huesca, María Jesús Maellado, quien ha dicho que un 40 por ciento del personal de monitoras se ha quedado sin contrato.
Además, los ERTEs «han sido una constante» y «han disminuido los ingresos de las trabajadoras del sector».
Mellado, ha trasladado que «hacer la jornada continua supone menos niños en el comedor», y «nosotras trabajamos por ratio», con lo cual «menos monitoras entran a trabajar y hay muchas fijas discontinuas que se han quedado en la calle y no sabemos cuándo se volverán a recolocar ni en qué situación».
A ello, ha añadido que las monitoras han tenido que sumar a su día a día una serie de tareas que no les corresponden y que están fuera de las obligaciones que recoge el Convenio.
Mellado ha agregado que «nos vemos desprotegidas porque creemos que no nos han dado el instrumental necesario de protección, ni las mascarillas ni guantes adecuados, tenemos sólo una bata que la tenemos que lavar a diario, y hay colegios que quieren que aumentemos nuestra jornada laboral sin constar en nuestro contrato, con lo cual aunque sean quince minutos o media hora tenemos que hacer funciones que no nos pertenecen».
Igualmente, han criticado la escasa o insuficiente dotación de material higiénico-sanitario.