En este artículo analizaremos qué es la lluvia ácida, una de las consecuencias de la contaminación atmosférica. Intentaremos ver cuál es su origen y qué puede hacerse para prevenir o minimizar sus efectos.
De dónde viene el término lluvia ácida
El término lluvia ácida no hace demasiado tiempo que se incorporó a nuestro idioma con un uso común. Aunque originalmente fue acuñado hace unos 120 años, por el químico británico Angus Smith que centró sus estudios en el aire de Manchester en Inglaterra.
Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX, cuando se creó una red de vigilancia de la calidad de la lluvia en el norte de Europa, cuando se reconoció su incidencia a nivel mundial.
En la actualidad, podemos decir que es un importante motivo de preocupación para la ecología a nivel mundial ya que contribuye a contaminar grandes áreas de nuestro planeta.
Qué es la lluvia ácida
La lluvia ácida es uno de los problemas ambientales más graves que en la actualidad afectan a muchas regiones del mundo. En realidad, se trata de un término que engloba varios fenómenos como la lluvia, la niebla o la nieve ácida.
Bajo el concepto de lluvia ácida se engloban cualquier forma de precipitación que presente concentraciones elevadas de ácido sulfúrico y nítrico o ácido sulfuroso. La lluvia ácida puede proceder de fuentes naturales, como por ejemplo, la capa de vegetales en descomposición o los volcanes en erupción que emiten químicos a la atmósfera capaces de originarla.
Sin embargo, es evidente que la mayor parte de estas precipitaciones son resultado de las acciones humanas.Somos nosotros quienes realizamos la mayor parte de las emisiones de dióxido de azufre, como consecuencia de la quema de combustibles en las industrias en las centrales energéticas. Así como los óxidos de nitrógeno producidos por los vehículos a motor y también aunque menos medida somos responsables del amoniaco que se produce en las explotaciones ganaderas intensivas.
El principal responsable del fenómeno de la lluvia ácida es la quema de combustibles fósiles que proceden de plantas de carbón y que utilizamos para generar electricidad pero también de las fábricas y los escapes de los automóviles.
Cómo se forma la lluvia ácida
Al quemar combustibles fósiles, se libera a la atmósfera dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx). Al entrar en contacto con el agua, estos gases químicos entran en reacción y forman soluciones diluidas de ácido nítrico y ácido sulfúrico. A través de la acción de las corrientes de aire, estas soluciones se propagan hasta cientos de kilómetros. Cuando finalmente alcanzan la Tierra en forma de precipitaciones es cuando hablamos de la lluvia ácida.
Al depositarse esta fluye a través de la superficie mezclada con el agua residual y pasa a formar parte de los acuíferos y del suelo de cultivo.
El pH de la lluvia natural se sitúa en 5,6, la lluvia ácida es la que tiene un pH menor a 5. Podemos decir que el agua ácida llega a ser mil veces más ácida que el agua pura.
Cómo ocurre con el calentamiento global la lluvia ácida está en relación directa con el uso de combustibles fósiles como el petróleo el carbón y el gas podemos decir que las plantas de energía eléctrica son responsables del 70% de las emisiones anuales de óxido de azufre y del 30% de las de óxido de nitrógeno que son los que principalmente provocan la lluvia ácida.
Qué consecuencias tiene
La lluvia ácida es un problema global dado que se transforma por las corrientes de aire no se restringe a las áreas dónde se generan los agentes contaminantes sino que viaja hasta regiones muy lejanas.
La lluvia ácida tiene muchas consecuencias negativas para la ecología afectando a los animales y las plantas, también a la fauna acuática que habita en las corrientes de agua, a la salud humana y a las ciudades.
Por causa de la lluvia ácida, los océanos pueden perder biodiversidad, ya que la bajada del PH de las aguas perjudica al fitoplacton fuente de alimento de muchos organismos. Pero también se contaminan las aguas de los ríos, se incrementa la concentración de iones metálicos, lo que puede ser fatal para muchas especies de peces y de anfibios.
La lluvia ácida debilita a las especies vegetales de los bosques, haciéndolas más débiles y vulnerables.
Además. la lluvia ácida corroe y daña en las ciudades los edificios, las estatuas y otros objetos especialmente los de hierro, las de calizas y el mármol.
Cómo se reparte la lluvia ácida por el mundo
Hemos dicho que es un problema global y que no se restringe al lugar donde se generan los contaminantes. Sin embargo, hay una serie de países que presentan una concentración de lluvia ácida más alta como son los asiáticos y los europeos, especialmente Escandinavia y Alemania. Pero, el país más afectado del mundo es sin duda China, donde se calcula que este fenómeno causa daños a casi la mitad de la población del país.
Esto se debe a que su fuente de energía principal es el carbón. por eso ya antes de coronavirus veíamos a muchos habitantes de este país llevar mascarillas.
En España, es un fenómeno que se da especialmente en Galicia y en el País Vasco y también en partes de Cataluña y Murcia, esto se debe a su producción industrial que genera una gran cantidad de gases tóxicos.
Qué tipo de soluciones pueden ayudar a combatirla
Obviamente, no podemos evitar toda la lluvia ácida, especialmente la causada por efectos naturales como las erupciones volcánicas. Nuestra labor consistirá principalmente en reducir las emisiones contaminantes. Para ello, como es lógico, tenemos que cambiar nuestros hábitos de consumo y de uso de los recursos naturales.
Las posibles soluciones que se dan para reducirla pasan por:
- Reducir el consumo de los combustibles fósiles
- Impulsar el uso del transporte eléctrico
- El ahorro general de energía
- Impulsar el uso del gas natural especialmente en la industria
- El incremento del uso de transporte público
- Filtrar y desintoxicar el agua que utilizan las fábricas
- Potenciar la innovación y las nuevas tecnologías que se encaminan a la optimización de los consumos energéticos
- Plantar árboles que contribuyen a absorber el aire contaminado.