Seguro que has escuchado o incluso has dicho alguna vez eso de «qué dedo no me corto que no me duela». Y es que cuando llega el primer hijo es una historia y cuando llegan los hermanos, la historia se repite pero diferente manera.
No es cuestión de tener hijos preferidos sino de ver cómo el primer hijo abre el camino a un largo recorrido que no es otro que el mundo improvisado a lo que se enfrentan los padres diariamente. Así llegamos a este artículo, donde te damos algunos datos para que puedas resolver la duda y darle sentido al por qué el primer hijo puede parecer más interesante que el resto.
6El primero es más inocente
Cierto es que el primer hijo no tiene quien le enseñe a hacer «trastadas». Algo que sí tienen a favor los segundos hermanos. Ya tienen un maestro que les lleve por el camino de la picardía. El primer hijo tienen que ser el que descubra todo y eso tiene cosas a favor y cosas en contra.
Si hace algo mal, la bronca se la va a llevar él pero si hay hermanos, la bronca no va para el mayor; digamos que se convierte en un «santo» y la responsabilidad va a ir para los más pequeños.