Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía. Si hay una fecha que Isabel Pantoja no ha podido olvidar es aquel fatídico 26 de septiembre de 1984 en el que el amor de su vida perdió la vida en la plaza de toros de Pozoblanco. Una tragedia que la elevó hasta los cielos como artista y revalorizó su carrera profesional, siendo hoy en día, una de las más grandes artistas de nuestro país.
Se convirtió en la viuda de España, ya que la muerte del maestro Paquirri afectó a todos los españoles por igual. La admiración y el cariño que todo el pueblo sentía hacía él era inmensa, así como al tándem que formaba con Isabel Pantoja desde que se dieron el ‘Sí, quiero’. Un sueño de amor truncado que la tonadillera no pudo disfrutar más de dos años.
Dejó a una Isabel Pantoja sin ganas de seguir adelante y a tres hijos huérfanos de padre. Y desde entonces, sigue estando muy presente en los conciertos de la tonadillera, que siempre le dedica canciones para revivir la figura del torero entre su público. Y es que el disco de ‘marinero de luces’ es uno de los más importantes de su carrera como artista, un disco que describe a la perfección su vida y aquella tragedia.
Por eso, sus hijos y su viuda no le olvidan y le siguen teniendo muy presente. Hoy, más que nunca. Fue su vida, su primavera, sus mañanas, su cielo siempre azul, su corazón, sus besos y su palabra, pero todo acabó e Isabel Pantoja sigue esperando en aquella ventana. Por encima de todos los recuerdos, Paquirri dejó un legado intachable como torero en nuestro país que a día de hoy sigue estando más vivo que nunca.