Viggo Mortensen se ha convertido en el gran protagonista del Festival de Cine de San Sebastián al recibir, por sus más de treinta años de trayectoria en la interpretación, el Premio Donostia, máximo reconocimiento del certamen más importante de nuestro país.
El actor, visiblemente emocionado y sin la compañía de Ariadna Gil – con quien mantiene una discretísima relación desde hace 12 años – recogió el galardón con la camiseta de la Real Sociedad, un claro guiño a la ciudad vasca por parte de Viggo, futbolero confeso. El tres veces nominado al Oscar es el único premio Donostia durante la 68 edición del Festival de Cine de San Sebastián.
Además, Mortensen ha presentado en el Festival su debut, a los 61 años, como director. «Falling» es un drama familiar con tintes autobiográficos, protagonizado por Lance Heriksen, que ya ha cosechado muy buenas críticas.
El protagonista de «El señor de los anillos», de origen argentino, pronunció un emotivo discurso, conteniendo las lágrimas en varios momentos: «Este lindo premio destaca la historia del cine como modo de expresión y de comunicación artística, me siento muy afortunado de formar parte de él y me motiva para seguir aprendiendo y mejorando en esta profesión». Mortensen también agradeció a los cineastas que le han «enseñado a crear en el espectador el deseo de ver y a involucrarme… aunque ya me estoy enrollando». Como no podía ser de otra forma, el director también se acordó del complicado momento que vive el cine por culpa de la Covid-19: «El Covid-19 nos ha jodido a todos de una forma u otra y seguirá durante un rato, pero solo es un obstáculo más. Siempre hemos vivido con la incertidumbre, es ley de vida, pero la vida es un regalo y hay que seguir adelante, acompañando a los que están solos y honrando a los que ya no están».