No es nada nuevo el hecho de que los jóvenes detesten ciertas asignaturas, nosotros también vivimos esa pesadilla años atrás. Algunas cosas cambian, como la tecnología con la que cuentan ahora, pero si algo sigue igual, es que las clases de lengua estaban entre las más odiadas, y razones no le faltan. Para los que recuerden sus tiempos de EGB, seguro que no os habéis olvidado de aquel libro de Lecturas y comentarios de la editorial Anaya.
Este no era un libro de memorizar ni con el que hacer exámenes, en realidad, era una historia que todos íbamos leyendo y comentando en clase, como su propio nombre indica. Pero lo cierto, es que era mejor estudiar que pasar el rato con este libro. Y no era el único que detestábamos, este y otros son los que te harán recordar de verdad lo mucho que odiabas la clase de lengua.
6La herencia de libros
No todo era malo en los libros de Anaya, y es que estos se podían heredar a hermanos menores, primos, amigos de familiares y demás. Y no como a día de hoy, que cada año es uno diferente, y las familias no dan abasto comprando tantos libros nuevos.
Eso sí, esto no significa que nos gustara más la clase, solo recalcar que no todo era malo en estos libros. El esfuerzo de los profesores y la editorial estaba ahí, solo que en vano.