- Cada vez más librerías apuestan por diversificarse y ofrecer talleres, cafeterías…
- De segunda mano, infantiles… las opciones son innumerables.
- De cara al otoño es un plan estupendo para el fin de semana.
Ya está aquí el otoño y, con él, la lluvia y el mal tiempo. Atrás quedan los días en los que relajarse con una cerveza bien fría en una terraza al aire libre era un plan por el que muchos matarían. Sin embargo, después de los largos meses de confinamiento, recurrir al socorrido plan de ‘peli y manta’ tampoco es lo más apetecible. Te proponemos una tarde diferente: encontrar una librería en la que poder relajarte, no solo con un buen libro, sino con las muchas actividades que ofrecen.
Sean tradicionales, sean más innovadoras, tomando café o simplemente curioseando entre sus estanterías, acudir a una librería es una alternativa perfecta para pasar un domingo. Como dijo Jorge Luis Borges: “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Y para que no tengas ninguna excusa, aquí te presentamos algunas de las más increíbles de Madrid.
2La Casquería
No es una librería propiamente dicha, si lo entendemos con un establecimiento a pie de calle. Por el contrario, es un puesto en el Mercado de San Fernando de Lavapiés. En La Casquería, el precio de los libros se calcula al peso y viven de las donaciones de los madrileños altruistas.
Su filosofía es cara: a su manera, cada libro es muchas cosas, pero sobre todo es dos cosas: la materia de la que está hecho, y la información que contiene. La materia es el papel, el cartón, la tinta, incluso puede que algo de cuero. Para tenerlo aquí ha hecho falta fabricar las materias primas, elaborarlo, transportarlo, almacenarlo. Es masa y se mide en kilogramos. La información es el conocimiento y el arte que están impresos sobre el papel de dentro. Para escribirlo ha hecho falta nacer, crecer, soñar, pensar; también siglos de tradiciones locales y globales, corrientes de pensamiento, milenios de historia de la humanidad. Es cultura y no se puede medir.
“Comerciamos con lo primero, porque lo segundo no tiene precio, es de todos y de nadie, es libre. Vendemos al peso porque es una buena aproximación a lo que ha costado producir un libro, transportarlo o almacenarlo”, rematan. Se encuentra en la calle Embajadores, 41.