Un centenar de obras que van desde los años cincuenta a piezas actuales aún en proceso de elaboración Ese es el amplio camino que recorre la retrospectiva del pintor y escultor Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) que se podrá contemplar a partir de este viernes en la Fundación Bancaja de València. Se trata de una panorámica de la producción «universal» pero a la vez «esencial» del maestro del realismo que, además, por primer vez, ofrece la posibilidad de ver una muestra compartida con la pintora Maria Moreno, compañera de vida de López fallecida hace unos meses.
La selección estará abierta hasta el próximo 24 de enero yha sido presentada en rueda de prensa por el propio Antonio López, junto al presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón; y los comisarios del proyecto, Tomás Llorens y Boye Llorens.
La muestra, que ha contado con la colaboración del artista y de su entorno familiar próximo en el comisariado, acerca al público el proceso creativo del artista e incluye algunos de los principales cuadros y esculturas en los que se encuentra actualmente trabajando en su taller, así como obras en proceso que ha querido mostrar al público.
De este modo, el conjunto reúne casi un centenar de piezas gracias a la colaboración de una treintena de instituciones y particulares que han cedido obra de su colección. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Fundación ICO, Artium. Vitoria-Gasteiz, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Galería Marlborough, Colección Rucandio, Colección Fundación MonteMadrid, Colecció Fundació Sorigué, Colección Orpheus, Colección privada cortesía Michel Soskine Inc. Madrid-New York y Museo Municipal de Valdepeñas son algunas de las entidades colaboradoras. La exposición cuenta además con la participación de Bankia.
ARTISTA «AMBICIOSO»
El recorrido plantea dos grandes bloques cronológicos. Así, en la primera sala se reúnen las obras de los años iniciales, –la primera data de 1953, cuando el artista tenía solo 17 años– en los que López buscaba construir un lenguaje figurativo propio. En la segunda sala se muestra un registro más objetivo y se aprecia el trabajo de constante «despojamiento» que ha ido realizando el autor hasta «expandirse hacia una sensibilidad universal pero más esencial», ha explicado Tomás Llorens, que ha definido a Antonio López como un artista «ambicioso» que supone «una de las grandes aportaciones del arte español a la cultura internacional del siglo XX.
Además, las piezas se estructuran siguiendo los principales ejes temáticos que ha cultivado López: el cuerpo humano, la ciudad, el interior doméstico y la ventana y lo vegetal.
La antológica incluye también una sección, a modo de «preludio», dedicada a la pintora figurativa María Moreno (Madrid, 1933 – 2020), lo que supone la primera ocasión en la que exponen juntos ambos artistas, al margen de exposiciones colectivas junto a otros creadores. Llorens ha comentado que desde que se inició el proyecto, hace unos dos años, estaba previsto reservar un espacio a la obra de Moreno –quien, además, vivió parte de su infancia en València– y que este se ha reforzado tras su desaparición.
La obra de Moreno es una «antítesis» a la de López pero con gran influencia en este, según ha reconocido el propio pintor. «Mari no tenía ambición, yo tuve que defender su tiempo de pintura», ha dicho Antonio López, que ha alabado el carácter profesional de su compañera: «Era como el poeta que se calla cuando no tiene mucho que decir». Ese modo de trabajar, ha agregado, la hizo «más libre». «Mari no le debía nada a nadie. Yo le debo a los griegos, a De Chirico, a Picasso y a tantos otros sin los cuales yo no pintaría».
Preguntado por el papel de las mujeres en el arte, ha comentado que cuando estudiaba había algunas autoras «de enorme talento». «¿Qué ha sido de ellas? ¿Por qué han acabado en la enseñanza y no han seguido pintando?», se ha preguntado.
«La vida del pintor no es fácil, es dura y solitaria. Se pierde mucha gente que vale, los que hemos salido adelante hemos tenido una ayuda de Dios enorme, suerte y en los momentos de dificultades siempre ha llegado un ángel para echar una mano. Ahora en las facultades hay más mujeres que hombres. Creo que no hay que ir con prisa, lo importante es vivir con paz y armonía; el hombre y la mujer han nacido para estar juntos en una unidad indestructible y necesaria. No hay que ensañarse en eso», ha aseverado.
PINTURA «POCO PERIODÍSTICA»
Cuando se le ha planteado si el confinamiento por la Covid-19 le ha inspirado, ha respondido que él hace una pintura «poco periodística». «He vivido lo bueno y lo malo y seguro que acaba saliendo pero no busco una reacción inmediata, no tengo esa urgencia», como es el caso de otros artistas, entre los que ha citado al valenciano Juan Genovés.
En su opinión, lo que sí es común a todos los creadores es un componente emocional. «Pintamos para contar emociones, el trabajo tiene que estar habitado por algo que une a todos los artistas: la expresión de la emoción».
«Cuando juzgo lo que estoy haciendo, –ha continuado– si yo veo que aquello no alberga algo emocional que tiene que ver con el arte que ha hecho todo el mundo en todas las épocas, esa obra es inútil. Aparte de documentar, en el arte tiene que haber algo imposible de explicar. El artista poderoso y que aguante en el tiempo es el que consigue atrapar, como en una red, ese misterio».
Finalmente, se ha mostrado muy satisfecho del resultado de la exposición en València, puesto que en ella «todos los trabajos están conectados». «Desde 1953 a 2020 han pasado muchos años y están reflejados», ha apostillado.
Con motivo de la muestra, se editará un catálogo con la reproducción de las obras expuestas acompañadas de fotografías del montaje del proyecto expositivo, así como de una cronología de exposiciones y recepción crítica de Antonio López, elaborada por Boye Llorens, y un texto de Tomás Llorens a partir de más de nueve horas de conversación mantenidas con Antonio López en diferentes sesiones durante los últimos meses.
Además, con el objetivo de acercar el arte a todos los públicos, se realizarán talleres didácticos sobre el artista y su obra dirigidos a los diferentes colectivos de personas con diversidad funcional, personas en riesgo de exclusión y escolares.