El director general de la DGT, Pere Navarro, se ha negado a «bajar la exigencia» de los exámenes teórico y práctica de tráfico para facilitar la gestión de los mismos durante los meses de pandemia.
«La DGT, al menos mientras yo esté aquí, no va a entrar a rebajar la exigencia, que estamos hablando de Seguridad Vial. No estamos dispuestos a dejarnos arrastrar al sector de la ‘low-exigencia'», ha señalado Navarro.
El responsable de Tráfico del país ha realizado estas declaraciones durante su comparecencia ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, en donde ha acudido este jueves, requerido por el PP, para explicar «los motivos por los que el Gobierno es incapaz de garantizar el servicio público de exámenes para la obtención de los permisos de conducir de la DGT en las Jefaturas Provinciales de Tráfico».
En su intervención, Navarro puesto en valor la labor de funcionarios y examinadores durante los meses de julio y agosto ya que, según ha indicado, han renunciado a sus vacaciones para hacer horas extra y ayudar a salir de la situación en la que se había quedado el sector con el estado de alarma.
Gracias a esta actuación, ha indicado el director de la DGT, su departamento ha podido realizar en julio y agosto unas 549.000 pruebas, que suponen 50.000 más que en el mismo periodo del año anterior. En este sentido, ha recordado que en 2019 «no había limitaciones de espacio, ni había que llevar mascarilla, ni lavarse las manos, ni guardar las distancias». «Sobran las palabras», ha apuntado.
CONFINAMIENTO CON CLASES ONLINE
Navarro ha señalado que en este periodo han tenido que lidiar, también, con el cierre de todas las jefaturas durante el estado de alarma, así como con que 12 examinadores que tuvieron que coger la incapacidad laboral transitoria, por situación de vulnerabilidad, o que en agosto se detectaron tres positivos en la Jefatura Provincial de Salamanca, que tuvo que cerrar, entre otros incidentes en algunos territorios, como Murcia, que retrocedieron de fase durante algunas semanas.
Esto sumado, según ha indicado, a que con el confinamiento, muchos jóvenes decidieron continuar con su formación a través de las oportunidades que las autoescuelas dieron en este periodo, con clases ‘online’ o trabajo telemático. Eso provocó, según ha indicado, que al reabrir hubiera «una bolsa» de alumnos esperando realizar su examen.
Es por ello, que ha reprochado a las autoescuelas que se manifestaran en algunas ciudades este verano. En este sentido, ha destacado la que se produjo el 8 de julio en Almería, o el 25 de julio en Málaga, en donde, según ha indicado, se han hecho 2.600 exámenes más en julio y agosto que en los mismos meses de 2019.
Navarro ha criticado, especialmente, las protestas de Cartagena, en donde se hicieron, según ha declarado, 118 exámenes más que el año anterior. Pero, además, lamenta que se vieran en dicha marcha mascarillas con el mensaje ‘el verdadero virus es la DGT’. «Con más de 600.000 infectado y más de 30.000 fallecidos», ha criticado, para recordar que hay sectores, como el de la hostelería o el comercio que han sufrido en mayor medida la crisis sanitaria.
REFORZAR PLANTILLA DE EXAMINADORES
A su juicio, «con la que está cayendo», debería realizarse un «mayor esfuerzo» para «remangarse y buscar soluciones» y considera que las manifestaciones «no son la solución».
Sobre las medidas que van a llevar a cabo, el director de la DGT ha explicado que se van a mantener en sus medidas para evitar papel, así como los desplazamientos para hacer trámites o recoger certificados.
En cuanto a los examinadores, Navarro ha reconocido que faltan, pero ha indicado que es más complejo de lo que se plantean. Así, ha indicado que el «pico» de actividad es en verano y Navidad, «cuando los jóvenes tienen vacaciones», pero señala que no se puede tener una plantilla «dimensionada» para afrontar sólo estos dos periodos y cree que es mejor reforzar el servicio en estas épocas o ante incidencias como el coronavirus.
El director de la DGT también ha explicado que hay que tener en cuenta la «bola de nieve» que se forma en el sector. Según ha explicado, en agosto se enfrentan a alumnos que se examinan ese mes, más los de julio que no han aprobado y vuelven a intentarlo y así sucesivamente. «Hemos de intentar mejorar y resolver, pero por más examinadores que pongamos, la bola irá creciendo y siempre harán falta más», ha apuntado.