Las groserías son como un desahogo espiritual. Cuando las dices, sientes que algo se libera. De repente ves a tu hermana que no te devolvió la camisa que le prestaste ayer y le dices una de las tuyas o bajas del carro y derramas el café sobre la ropa y ahí va un montón de tacos, porque a diferencia de México, en España tacos son palabras malsonantes mientras que en el país azteca es una comida y de las más típicas.
Abuelos y padres siempre nos aconsejaron que no dijéramos malas palabras debido a que denota marginalidad y poco cerebro, pero la ciencia se encargó de darnos una patada en el estómago, nuevamente, y decirnos que «noooo señorita, si dices groserías es porque eres inteligente», ¿puedes creer eso?, las pruebas a continuación.
8Recomendación
Es importante dejar claro que aunque tengamos todo el permiso científico para decir groserías hay que evaluar nuestro contexto social. Desde hace años atrás, se tiene la mala idea que una persona que dice palabrotas es alguien que no tiene educación y que pertenece a una clase social baja. Analiza, tu entorno y de esta forma tomar la decisión de pronunciarlas o no.